martes, 28 de septiembre de 2010

20 Zorionak Mantu

Con los puntos fresquitos, al día siguiente, tocaba retroceder y encima subidón tremendo que sabíamos que nos tocaba al empezar, ya que la otra vez llegamos a Lancang con una bajada de escándalo. Como la otra vez, la Guardia Civil China, nos paró y nos volvieron a pedir la documentación, no sabemos para qué, porque no creemos que pasaran mas guiris en bici. En esta ocasión, la verdad es que la parada la agradecimos.
Después de casi 12Km de dura subida y antes de llegar al término de esta, vimos que unos operarios, estaban soldando una estructura metálica. Mantu aprovechó para pedirles que le soldaran la parrilla delantera, ya que todavía se aguantaba con bridas. Uno de ellos bajó y en cuestión de segundos, ya tenía la parrilla soldada y lista para sufrir cualquier imprevisto, pues ahora no se rompe ni metiéndola por Osmosno road ni por cientos de kilómetros en obras (Nock de Blotas espera no tener que comprobarlo!).


Desde arriba tomamos una instantánea, donde se ve Lanchang y en la parte de la derecha al fondo, los desmontes y taludes de los primeros kilómetros de las obras.


Con una gran alegría despedimos este pueblo y la maldita carretera en obras, para saludar a los 32km de bajada y por asfalto del bueno, que nos esperaban. Esta vez, agradecimos el viento en contra durante la bajada, ya que debido a los estragos que hizo la susodicha carretera, no teníamos prácticamente frenos y no tuvimos que utilizarlos en ningún momento.
Después de deshacer 105Km, llegamos a Linhuatang, donde nos alojamos en un hotelito, con una habita muy guapa, a la par que barata.
No hicimos mas que cenar, dormir y desayunar, para nuevamente deshacer unos 25Km hasta un cruce, donde tomamos una nueva carretera para dirigirnos a Simao, primer destino de nuestra nueva ruta hacia Dali.
En Simao, por fin pudimos sacar dinero, ya que tan solo nos quedarían como unos 10 euros. En un principio, nos íbamos a quedar en Simao unos días, para celebrar el urtebetetxe (cumple) de Mantu, ya que esta ciudad era bastante grande. Aquí hemos de decir que nos alojamos en el mejor hotel en el que nunca antes nos habíamos alojado y por tan solo 9 euros (también hemos de reconocer que no hemos pisado demasiados hoteles en nuestra vida). Uno no se puede hacer a la idea, de lo gustoso que puede llegar a ser tener un retrete donde poder sentarse y sin ningún tipo de preocupaciones.
Pronto nos dimos cuenta, que a pesar de ser grande, no era para nada destino turístico. Éramos los únicos no orientales de toda la ciudad, y para colmo no veíamos pizza por ningún lado. Movidos por nuestra insaciable gula, decidimos pasar una noche en Simao para al día siguiente tomar un bus con destino Jinhong. Este es el único sitio turístico que hemos pillao en China y donde pasamos dos dias muy agradables. Como las bicis necesitaban unos frenos y unos retoques, aprovecharíamos para ponerlas a punto y tirarnos 3 días para comer bien, celebrar el cumple de Mantu en condiciones y dar una pausa a las empozadas.
Difícilmente conseguimos un billete de autobús donde nos dejaran meter las bicis, pero tras mucho pelear y aprovechándonos de la incomodidad de no hablar el mismo idioma, lo conseguimos.
Una vez en Jinjhong, lo primero que hicimos fue ir en busca de nuestro cartel favorito:


No os podéis hacer a la idea, de cuanto tiempo y dinero hemos llegado a invertir en este local. Desayunar, comer y cenar cada día y a lo grande, minan cualquier presupuesto. Pero mereció la pena, con tarta de cumple con “Zorionak Mantu” y la ostia la noche del cumple. Que grande Eneko cómo se lo curró.
El día que fuimos a arreglar las bicis, no solo cambiamos los frenos, sino que tuneamos un poco las bicis poniéndolas unos manguitos a juego. Llevados por la euforia del buen gusto y la exquisitez del tunning, tenemos dos acompañantes mas: Bob y Patricio.


A los tipos de la tienda de bicis, unos chavales jóvenes, les debimos caer bien y nos invitaron a echar unos bailables esa misma noche. Era un miércoles, pero en China, o aquí en Jinjhong, es el día de marcha.
Después de cenar, se suponía que íbamos a ir a la tienda de bicis a buscarles para ir de fiesta, pero con la panzada que llevábamos, no nos apetecía ni huevo. Casualidad, de la que estábamos yendo para la guest house, nos los cruzamos. Iban 3 en una moto y se conoce que llevaban un rato dando vueltas para ver si nos encontraban. De lo emocionados que estaban por salir con los guiris de fiesta, nos animamos a echar una con ellos.
La verdad es que nos lo pasamos muy bien. Nos llevaron a una discoteca “Budweiser” de 8 plantas con ascensor! Siceramente, es la mayor discoteca en la que hemos estado (realmente, no somos muy de discotecas!). Fue muy gracioso ver como bailaban los chin@s y ser el centro de atención de la planta 5. Todavía no sabemos si por nuestra vestimenta, traje de baño, camiseta de tirantes y crokcs, o por ser guiris, con rastas, cresta y un mostacho ridículo al mas puro estilo Dartañan!


Tras esta jornada de descanso, volvimos a Simao, para alojarnos de nuevo en el súper hotel, donde habíamos dejado las alforjas, con intención de retomar la nueva ruta hacia Dali al día siguiente.

Debido a un error en las cartas de navegación, el pueblo al que queríamos llegar, no estaba a 60Km, sino a 40. Queríamos hacer pocos kilómetros para no lastimar las piernas después de 4 días de descanso y fundamentalmente porque a las 16:30 daban Operación Swordfish en la tele. Ha sido todo un fiasco ver que era en Chino y no en Inglés como pensábamos, pero para nuestro gozo, nos hemos enterado que a las 22:30 dan Transformers!! En Chino, pero gran sesión de CINE!

lunes, 27 de septiembre de 2010

19 Empozada III






El marcador ha cambiado. Al día siguiente y tras batir nuevo record de madrugar, 6:00 arriba, el vehículo (porque no sabemos que es lo que nos trasportaría) de las 7:00, no aparecía. Después de una llamada del chino del alojamiento, nos comunicó para nuestra gran desgracia y desmotivación, que no vendría. Así que, como no tomamos vehículo y nos tocaba pedalear, el resultado sigue a cero. China 0-0 Nock de Blotas.


Cogimos al toro por los cuernos, es decir, las bicis por los cuernos y para abajo. Bajar parece muy divertido, pero cuando hace frío, te toca carretera Osmosno, no tienes frenos en condiciones (a pesar de haber cambiado las zapatas de atrás el día anterior) y sabes la empozada que te espera por delante, creednos, jode un huevo!


Con forro polar y chubasquero, tiramos para abajo. Sorprendentemente, no había ningún vehículo circulando, ni camiones, que anteriormente no paraban de transitar. En mitad de la bajada, nos encontramos con un camión parado. Preguntamos al conductor si podríamos meter las bicis atrás y que nos llevara un tramo. Con señas nos comunicó que la carretera estaba cortada mas adelante. Aquí fue cuando comprendimos porqué no se veían vehículos y porqué no vino nuestro transporte de las 7:00.


Esto nos planteó un problema: si la carretera estaba cortada, posiblemente no podríamos pasar y tendríamos que dar la vuelta y subir de nuevo el cuestón, para alojarnos en el único sitio que había en esta zona. O por el contrario, seguir, esperar que la carretera se despejara cuanto antes y si no se abría o lo hacía muy tarde, echar mano de la tienda, pero con el riesgo de las lluvias y consiguientes corrimientos de tierras, no era muy buena opción lo de acampar.


Guiados por la gravedad (no del asunto, sino la fuerza que hace que las manzanas se caigan de los árboles) y no por la inteligencia, tiramos para abajo. Al cabo de un rato de bajada y tras pasar varios kilómetros de barro, llegamos al primer pueblecito para desayunar. Eso si, sin frenos, a pesar de ser recién estrenados, es lo que tiene el barro, que se los come.


Desayunamos, bastante bien por cierto, aunque tardaron bastante en servirnos, ya que tuvimos que insistir por segunda vez, que queríamos comer algo. La espera nos la “amenizaron” unos camioneros que estaban haciendo un alto. Les comentamos a ver si nos podían llevar, pero nos dijeron que bajar si se podía, pero que subir ni de palo. Solo motos y todo terrenos eran capaces de pasar. Segundo golpe psicológico, pero no quedaba otra que montar en las bicis y tirar para adelante con un par.


Al de pocos kilómetros de subida embarradísima, llegamos al punto donde la carretera estaba cortada. Un increíble corrimiento de tierras, había hecho que la pista se hundiera y desapareciera talud abajo. Allí se encontraba una escavadora tirando tierra desde arriba y otra abajo con nosotros, moviendo y reconstruyendo la pista. Un camión estaba esperando y le suplicamos al conductor que nos llevara, pero su negativa fue rotunda. Comentamos la jugada al de la escavadora para que nos pusiera las bicis en la pala y que nos subiera. Sorprendentemente y para nuestra alegría afirmó.


Cuando terminó de adecentar la pista, pusimos las bicis en la pala y nos subimos a la escavadora. Pero desgraciadamente, tan solo nos pasó el tramo recién arreglado, que verdaderamente sin su ayuda nos hubiera sido imposible. Total, que de nuevo seguíamos en la empozada y tras el duro varapalo psicológico de avanzar 100m cuando pensábamos que nos subiría hasta arriba.


A partir de aquí, es cuando la cosa se complicaba mucho mas. La tierra desprendida y acumulada sobre la pista y la pendiente, hacían imposible el pedaleo. A demás los bloques enormes de masa de barro que se nos depositaban sobre los frenos y la bici en general, hacían que las ruedas no giraran, y cuando lo hacían era para patinar, pues las cubiertas que llevábamos no eran para este tipo de terreno. Bueno realmente, no existen cubiertas para este tipo de terreno.





En este tramo, se pedaleaba hasta que ya no se podía mas y el resto empujando a duras penas la bici, ya que si no te resbalabas, se te quedaba la zapatilla o crock en el barro. Después de cinco kilómetros subiendo como podíamos, Mantu paró junto a una pick up que se conoce había sufrido un calentón. Haciéndose el interesado se paró (cuando realmente estaba ya que no podía mas) para ver que pasaba. Cuando terminaron de echar agua y tras unos gestos de reventado, les hizo un gesto de subir la bici atrás y que le llevaran. Sorprendentemente asintieron! Eneko, que estaba mas abajo, cuando vio que estaban subiendo la bici al todo terreno, metió el turbo y en cero coma, allí se presentó con una cara de alegría sobrenatural.


Por fin, un golpe de suerte!





Realmente, se iba incómodo de narices, agarrándote con una mano a la barra del coche y con la otra la bici para que no se fuera para abajo. Tuvimos que parar el todo terreno dos veces, porque en una ocasión a Mantu se le estaba cayendo la alforja del manillar y a Eneko se le cayó la mochila de la parrilla al suelo.


Lamentablemente, a pesar de estar de suerte, esta era nuestra jornada de empozada, así que para no defraudarnos, otra gran faena. Del traqueteo del pick up por este terreno, la parrilla delantera de Mantu, nuevamente se jodió. Pero no por donde la soldadura, sino por la otra parte que todavía tenía el tornillo, que se jodió. Pero ahí no acaba la cosa, en uno de los parones, aprovechando para colocar bien la bici, Mantu se cortó con la catalina, pues cómo no, iba descalzo.


Aún así, la empozada de la que nos estaba sacando el todo terreno merecía “el precio que estábamos pagando”. Parecía que no nos quedaba tanto de subir, pero cuando llevas mas de una hora en coche subiendo, te das cuenta de la embarcada en la que hubiéramos estado metidos y es cuando la incomodidad y el cansancio de ir atrás en el pick up, desaparecen.


Solo hicimos unos 15Km en todo terreno y tardamos 1h y 15min, así que imaginaros cómo sería el camino.


Pensábamos que igual nos llevaría hasta el pueblo al que queríamos llegar, pero en el siguiente pueblo nos dejó. Pero por lo menos, nos dejó a tan solo 30Km del pueblo al que queríamos dejar y el tramo restante no sería de empozamiento tan extremo.


Donde nos dejó aprovechamos para comprar agua y un pequeño tentempié. A demás, estrenamos el botiquín. La herida del pie de Mantu, era considerable, de echo dejó un rastro majo de sangre en el pick up. Limpiar con agua y jabón, un poco de Betadine, gasas, esparadrapo y la mágica, inigualable y eficaz para cualquier uso y superficie cinta americana, para evitar que el futuro barro y sudor entraran en la herida.





También usamos las mágicas, inigualables y eficaces para cualquier uso, las Bridas! Gracias a ellas solventamos el otro problema de Mantu, la parrilla delantera. La verdad es que si que son eficaces las condenadas, quedaron muy bien sujetas las dos partes de la parrilla.





Una vez reparados Mantu y la parrilla, comenzamos la ascensión, nuevamente por barrizal, con mas parones por tramos cortados, mas barro, mas cuesta, pero por lo menos, aunque difícilmente, se podía ir encima de la bici. Comparado con el anterior tramo, pudimos solventar la subida a un ritmo mayor, lo que nos hacia ver mas cercano el fin del empozamiento.


Con un cielo despejadísimo, coronamos el fin de la subida empozada!





Todo no acababa aquí, ya que a pesar de que tocaba bajar, las obras continuaban y los frenos eran prácticamente inexistentes. Así que con mucho cuidadin, comenzamos el descenso y pronto entramos en el tramo supuestamente bueno y viendo incluso abajo en la lejanía el pueblo al que queríamos llegar. Es decir el fin del empozamiento estaba al caer!


Nuestra cara de alegría cambio por completo cuando vimos esta estampa.





Justo en la misma curva donde comenzó a la ida el gran empozamiento y donde un motero nos advirtió de que no siguiéramos, se encontraba este otro camión atrapado en el enorme barrizal.


Si esperábamos a que sacaran al camión de allí, se nos haría de noche. Con lo que tratamos de sortear el problema por un costado. Eneko, ayudado por un tipo consiguió pasar la bici sin quitar las alforjas y Mantu las quitó para poder pasar mejor. Pasamos primero la bici y al volver a por las alforjas, Mantu, que llevaba al otro lado un rato comenzó a oír unas risas. Como Eneko tardaba un poco pensó que igual se había tropezado y que por eso se reían. Al subir, vio como Eneko estaba empozadísimo. Estaba metido casi hasta la cintura en el barro y no podía sacar la pierna pues si no se le quedaba la zapatilla en el fondo, donde sería imposible recuperarla. Es complicado explicar la estampa, lástima de foto porque no tendría desperdicio.


Embarrados hasta las cejas, literalmente, continuamos el descenso donde aprovechábamos cada charco para quitarnos el barro. Espectantes por saber cual sería la siguiente empozada en la que nos meteríamos, por fin LLEGAMOS AL ASFALTO!! OH, VENERADO ASFALTO!!





Las bicis estaban echas un asco, ni cambiaban, ni frenaban, ni parecían bicis. De camino al pueblo POR ASFALTO, encontramos una gasolinera, con una gran manguera, donde dejamos las bicis peritas.


Llegamos al mismo hotel embarrados hasta las cejas y nos pegamos una ducha de competi. Mantu se limpió la herida y como no le gustaba la profundidad que tenía, le comentó a Eneko que se marchaba para el hospital que a la entrada del pueblo habíamos visto.


Ahora, gracias a Mantu, hemos conseguido varios puntos de ventaja sobre China. China 0-6 Nock de Blotas!





Resumen de Empozada III: Después de saber que no había vehículo de las 7:00, haber pedaleado 60Km de puro fango, montar en una escavadora, pillar un pick up, romper la parrilla, cortarse el pie con 6 puntos de sutura y sumergirte en barro, por fin SALIMOS DE LA EMPOZADA!!






sábado, 25 de septiembre de 2010

18 Empozada II

La etapa se presentaba normalita, tan solo unos 90Km con alguna subida fuerte que otra.

Todo comenzó con un camión cruzado en medio de una curva embarrada de la primera cuesta nada mas salir de Lancang.





El camión comenzó a generar una cola considerable en ambos sentidos de la cuesta. Nosotros con nuestras bicis pudimos sortear dicho bloqueo por un pequeño hueco. A duras penas podíamos subir, porque la carretera era un barrizal, que junto con nuestras cubiertas, que eran para asfalto, comenzaban a patinar y dificultaban el ascenso.


Justo encima de la carretera estaban haciendo obras y los movimientos de tierras junto con las lluvias, hacían que todo cayera a la carretera por la que ciclábamos. Como pensábamos que aquello duraría unos kilómetros, lo que duraran las obras, seguimos para adelante.


En el momento de parar para tomar la foto, un motorista parecía estar advirtiéndonos de que la carretera no estaría en muy buenas condiciones como para andar por ella mas adelante. Nosotros llenos de fuerzas y orgullo, hicimos caso omiso y continuamos el ascenso.


Al cabo de un rato ya no había carretera sino pista de barro, charcos, piedras y baches. La antigua carretera ya se había empalmado con la carretera en obras y tras un buen ascenso el fresco y la espesa niebla nos acompañaron junto con la maquinaria y operarios.





En China, la gente no tiende a saludar tanto como en los anteriores países por los que hemos ciclado, pero casualmente por este tramo, los operarios y camioneros, nos saludaban bastante efusivamente. Lo cual hemos de reconocer, nos animaba bastante y como siempre no quitábamos nuestras sonrisas de la cara (sonrisas de ingenuos).





Al cabo de un par de horas, cuando terminamos de ascender, la niebla se disipó y nuestros ánimos aumentaron. Pero el comienzo de la empozada comenzó a aflorar. La pista ya no era tal, sino un completo barrizal, que había que pasar por las rodadas que los camiones nos iban dejando tras su paso.





Parece mentira, pero por esta carretera circulaban mogollón de vehículos: la mayoría camiones, todo terrenos y motos con 3 o incluso 4 personas, pero sorprendentemente también pasaban como una especie de furgonetas pequeñas que hacían la función de taxi. En varias ocasiones tuvimos que esperar a que terminaran de despejar la carretera para poder pasar, lo cual ralentizaba nuestra marcha.





Lo que nosotros pensábamos que iban a ser unas obras normales de algún kilómetro que otro, se estaba alargando algo mas de lo previsto. Al de 30Km llegamos a un pueblo, donde pensamos definitivamente acabarían las obras. Aprovechamos en este pueblo para repostar agua y comer unas galletas, para continuar la marcha, muy a nuestro pesar por tramo de mas obras!





Gracias a nuestras bicis, pudimos sortear otro alto en el camino por un huequecito en uno de los bloqueos para despejar la carretera.





De vez en cuando, la maquinaria y la carretera nos daban tregua y se ponía un poco mejor, lo cual nos daba ánimos para continuar.





Pero pronto se acaba lo bueno y el tramo te sorprende con otra dificultad, pero gracias a los ánimos de los operarios no perdíamos la esperanza y la fuerza para continuar.





Ciertamente, nosotros no éramos los únicos empozados, había algún que otro camionero con serios apuros y pocas esperanzas de una pronta solución.





Hasta el momento, nos lo estábamos tomando bastante bien y a pesar de las circunstancias, sin mayores complicaciones. Pero fue pasar este camión empozado y comenzó el auténtico calvario de barro y espeso lodo.


Aquí la cantidad de barro era tal, que incluso cuesta abajo teníamos que dar pedales fuertemente y en catalina pequeña para poder avanzar. Además había que calcular bien la entrada por la rodada de los camiones porque sino te quedarías atrapado. Muchas veces la derrapada era inevitable e incluso había que poner pie en el suelo, perdón, en el barro. El barro que podíamos llevar encima las bicis y nosotros era increíble. Las Croks que llevamos para pedalear, se nos quedaban pegadas y por dentro una cantidad abismal de barro. Las bicis ya ni frenaban, los cambios no funcionaban bien y la bici en general hacía un ruido chirriante en cada pedalada. Las pobres la verdad es que se portaron muy bien.


Eneko, en uno de los sorteos de barro, tuvo que poner el pie en el suelo y al sacar la pierna del barro, le desapareció la chancleta. Tras hurgar un poco y con un buen golpe de suerte, la recuperamos, no sabemos todavía como, porque estaba a un metro mas adelante y boca abajo mimetizándose con el barro. En la foto se ve la chancla, premio a quien la encuentre!





En una de las paradas para esperar a que despejaran la “carretera”, coincidimos con una familia que iban en una moto. Sorprendentemente iban cuatro en una moto y bajando por este terreno. Aprovechamos la parada para tomar unos cacahuetes y sacarles alguna foto, pues parecían de alguna tribu de la zona.





En un pueblecillo, sobre las 15:30, paramos para comer un poquito de arroz con patatas y unos refrescos. Aquí nos informaron, que todavía quedaban 40Km hasta donde queríamos llegar. Duro golpe psicológico, pues el camino no parecía que fuera a mejorar y 15Km eran de subida. Por suerte había una manguera, que utilizamos para limpiar las maltratadas bicis.





A partir de este momento y viendo que la cosa no mejoraba nada, el barro seguía siendo insoportable (la limpieza no sirvió de mucho) e incluso peor, nos planteamos seriamente la retirada. Pero la retirada a esas horas de la tarde y estando tan lejos del pueblo de partida no era cosa fácil. Continuamos para darnos cuenta que habíamos hecho 2Km en vano, pues debíamos haber cogido una desviación. Aquello fue otro gran duro golpe psicológico ya que justo ese tramo había sido especialmente complicado.


Cuando tomamos la desviación correcta el golpe psicológico, fue aún peor ya que tocaba subir. Hasta ahora, todo el tramo de embarrada extrema nos había tocado en bajada, pero ahora en subida, era imposible pedalear, con lo que hubo que bajarse de la bici y empujar a duras penas avanzando y resbalándonos sobre el lodo.


A pocos kilómetros, el tramo de lodo terminó, pues la carretera en obras continuaba por abajo y nosotros continuamos subiendo. Por fin aquel calvario parecía haber llegado a su fin. Ahora nos tocaba ciclar por una carretera tipo Osmosno road, que la cogimos con un placer y alegría extrema, aunque siempre con la incertidumbre de cuando nos tocaría de nuevo pillar barro.


Durante 15Km no paramos de subir sin parar, ya que en poco tiempo anochecería. Tan solo rellenar botellines y sacar alguna foto a las increíbles vistas, hasta llegar al pueblo que se encontraba a 1870m de altura.




Nos costó bastante encontrar alojamiento en el pueblo. A demás no era el pueblo al que teníamos pensado llegar, pero aún quedaban unos 30Km y después de la paliza del día y que estaba anocheciendo, decidimos quedarnos en este pueblo, Fuyon. Aquí cenamos estupendamente y dormimos aún mejor.


A la mañana siguiente amanecimos lloviendo y con ninguna gana de pedalear. Nos planteamos hacer solo los 30Km hasta el pueblo siguiente, con lo que apagamos el despertador. Después de desayunar unos noodels, preguntamos el estado de la carretera al del alojamiento. Nos dijo que estaba fatal, no sólo hasta el siguiente pueblo sino que hasta el que teníamos pensado llegar, a unos 120Km, ya que las obras seguían.


En un sitio donde la gente se montaba en una especie de camión pequeño para ir a Lancang, de donde veníamos, preguntamos a ver si podríamos ir en camión al pueblo al que queríamos llegar, donde la carretera se pondría mejor. Nos decían que no habían transportes en aquella dirección. Esto ya nos hizo sospechar del estado en que podría estar la carretera y además seguía lloviendo sin parar. Un tipo nos dijo que nos llevaba por 300 Yuan con su tractor, pero al pueblo de abajo, al de tan solo 30Km. Esto supondrían unos 40 euros, que a parte de ser súper caro, tan solo teníamos 650 Yuan y sin posibilidades de sacar dinero en esos pueblos.


La mejor opción era retroceder e ir a Lancang, de donde veníamos, para volver a deshacer las 2 etapas anteriores y plantear nueva ruta. Descartada la opción de volver en bici, pues las cuestas que bajamos de barro, serían imposibles de subir y empujando tardaríamos una eternidad. Nos costó lo nuestro saber cómo podríamos regresar en vehículo al pueblo, pero por fin parece ser que al día siguiente, mañana, saldrá uno a las 7:00 de la mañana.


De modo que desmontar las alforjas y volver a la habitación para pasar este día lluvioso en este pueblo incomunicado, comer, escribir, jugar a cartas y pensar en qué vehiculo nos podrá llevar mañana y cuanto tardaremos en hacer la kilometrada que nos espera por esa carretera de la muerte.


Añadir que no sabemos si en Lancang podremos sacar dinero y si el poco que tenemos nos llegará hasta encontrar un China bank, que es el único que nos deja sacar pasta, y que solo se encuentra en las ciudades. Esperemos que nos llegue hasta Simao, que está a 2 días de pedaleo desde Lancang, si es que aquí no hemos podido sacar dinero.


El echo de retroceder lo andado es un duro golpe para nuestras cabezas, pero esta carretera ha podido con nosotros. China 1-0 Nock de Blotas.


Resumen de Empozada II: 2 puertos, 60Km de obras, barro, mas barro, demasiado barro, Osmosno road, 11h pedaleando y vistas las previsiones media vuelta.






17 Empozada I

Tras quedarnos un día mas de lo previsto en Jinghong y poner a punto las bicis, ya que hasta el siguiente sitio turístico nos quedarían como 9 etapas, partimos hacia la ruta prevista. En este pueblo, que al ser turístico, teníamos acceso a Internet, pudimos comprobar que en China las redes sociales están vetadas, con lo que no iba a poder actualizar el blog en este país.



Queríamos probar una carretera que en el mapa la marcaba blanca y roja un pelin gordita, de las que son un poco mejores que la delgada línea roja, para ver como sería y así decidir si al día siguiente ciclaríamos por una de esas delgadas líneas.


Nos costó bastante llegar a la desviación para tomar dicho camino de prueba, por una carretera un tanto monótona y por donde transitaban bastantes vehículos. Pero una vez llegados a la desviación, la carretera para nuestra sorpresa estaba asfaltada y discurría por unos enclaves preciosos. Comenzamos una ligera ascensión donde al coger un poco de altura empezamos a andar por plantaciones de té. En esta zona se dedican prácticamente al cultivo del té junto con las extensas plantaciones de arroz características de este país.





Parece que el destino tiende a equipararlo todo y Mantu comienza la remontada, Eneko 3-1 Mantu.





Esta zona era muy agradable para ciclar e incluso el tiempo que nos hizo acompañó muy gratamente esta parte del camino. Es por ello que decidimos hacerles un homenaje a nuestras inseparables y queridas compañeras, las bicicletas.





Todo iba sobre ruedas hasta llegar a Mansan, donde aprovechamos para tomar unas empanadas y unos noodels. Al pasar este pueblo y preguntar por el siguiente nos indicaron que debíamos retroceder un poco para tomar una desviación. Aquí la carretera se convertiría en pista. La verdad es que la tomamos muy gustosamente, nos apetecía un poco de offroad. Con buen humor empezamos a andar por esta pista a sabiendas que nos estábamos empozando un poco porque según el mapa no debíamos desviarnos ni se cambiaba el tipo de carretera.





Pronto la pista dejó de ser pista , para pasar a ser la famosa, Osmosno road. Sugerimos vean el siguiente link donde se explica claramente lo que es este tipo de terreno: Mierda no lo encontramos, en busca y captura no hos preocupeis!!


Una vez tomado este tipo de carretera, que básicamente consiste en un camino empedrado, tipo adoquines mal colocados, en una constante y pronunciada pendiente e incluso con tramos muy embarrados, ya no hay marcha atrás.





Tan solo parar para echar una cañita al aire y a seguir pedaleando pues no se sabe cuanto durará el caminito de marras.





Llegamos a un desvío en este camino, sin tener ni idea de por donde tirar, casualmente vimos a lo lejos a la izquierda una especie de caseta. Nos acercamos y vimos a una chica trabajando en la huerta. Nos indicó que el pueblo que buscábamos estaba a 3 kilómetros. Tras una increíble bajada, llegamos al pueblo, donde nos costó un buen rato entendernos con ellos para que nos indicaran la dirección del siguiente pueblo. El pueblo no tendría mas de 12 habitantes y allí estaban todos rodeándonos. Finalmente y muy a nuestro pesar comprendimos que teníamos que deshacer lo andado y subir aquella pedazo de bajada de 3Km.


Lo bueno que tiene este tipo de tramos es que te llevan a la China mas rural, donde el color de los prados de arroz que te brindan los últimos rallos de sol, crean un ambiente mágico.





Si efectivamente, los últimos rayos de sol estaban al caer y nosotros aún por el monte, sobre pista Osmosno y sin tener ni idea de cuanto nos quedaría para llegar. Por suerte nos dieron en este pueblo un poco de agua (agua de río aderezado con unas hojas de té, saludando a la pirri!), teníamos unos cacahuetes y la tienda de campaña.


En otra desviación decidimos tirar por el tramo que ya estaba cementado, donde a lo alto de una empinadísima cuesta se veían unas casas donde podríamos comprobar si íbamos en buena dirección. Después de una dura subida, la tuvimos que bajar, pues era por el otro lado, por donde seguía el nefasto camino.


Tras un golpe de suerte y anocheciendo, al cabo de un rato la pista se torno en carretera. Venerado asfalto





No sólo era carretera asfaltada, sino que después de subir un poco, comprobamos que nos esperaba una bonita bajada, eso si, no sin antes colocarnos el frontal en la cabeza, pues la oscuridad era inminente.





En una de las casetas que había preguntamos por nuestro destino, Simaogang, donde nos habían dicho que había sitio para dormir. No debíamos estar donde creíamos estar, porque todavía quedaban 26Km. Un duro palo porque llevábamos mas de 100 kilómetros y esperábamos estar cerca. Seguimos para adelante cabizbajos, para afrontar otras duras subidas antes de llegar a la desviación que nos habían indicado.


Por fin llegamos a la desviación, donde tras andar unos 12Km, llegamos a una especie de peaje. Allí nos pararon unos tipos uniformados, a los que les preguntamos cuantos kilómetros nos quedaban hasta el pueblo. Cuando nos dijeron que quedarían unos 20Km, preguntamos directamente por un sitio para dormir. Sorprendentemente, a escasos metros había una parada de camioneros donde nos darían de cenar y una camita.


La estancia no es que fuera lo mas agradable, pero la reventada que teníamos hizo que fuera como un palacete celestial. Tras cenar a gusto y sacudir las arañas de las camas, fue cerrar los ojos y hasta mañana.


Resumen de etapa: Primer pinchazo de Mantu, Osmosno road, dos desviaciones equivocadas, frontal, 140Km y mas de 12h pedaleando






A la mañana siguiente hicimos tiempo record a la hora de partir. Normalmente salimos entre las 8:00 y las 8:30, pero este día salimos a las 7:15, pues no nos daban de desayunar. Pasamos el peaje y tras 10Km llegamos a un pueblo donde comimos unos noodels que estaban malísimos. Al preguntar por el nombre del pueblo en el que nos encontrábamos, fue cuando nos dimos cuenta que el día anterior hicimos algo raro. Parece ser que como no pronunciamos bien, nos mandaron para otro pueblo al que no queríamos ir, con lo que lo pagamos caro pero bonito.


En esta etapa, nos volvimos a juntar con el majestuoso Mekong, donde se encañona y estrecha adquiriendo mayor velocidad. Aquí nos impactó la fuerte brisa que circula a través de la garganta por la que discurre el río.





Lo mas destacado de esta jornada fueron los valles que íbamos cruzando, con sus buenas cuestas, pero con el aliciente de estar asfaltadas. Después de una bajada rara, en la que había que seguir pedaleando para avanzar, hicimos una parada técnica para refrescarnos. Se conoce que el día anterior supuso un buen desgaste, porque ambos coincidíamos en estar cansados y tener una modorra brutal.


En un alarde de valor, continuamos la marcha bajo un sol de justicia. Al de pocos kilómetros vimos que todavía nos quedaban 44Km hasta nuestro destino, Lancang. Comenzamos una ligera ascensión en la que al girar la primera curva descubrimos que no iba a ser tan ligera ni mucho menos corta.


Como siempre las ascensiones nos deparan una bonitas vistas, pero cuando llevas 20Km subiendo sin tregua y sin atisbo de final alguno, las vistas no te resultan tan bonitas.





En el kilómetro 29 de subida, vimos que había como un pequeño área de descanso. Paramos para tomarnos unos refrescos, unos cacahuetes sin tostar y unas piezas de carne a la brasa con mogollón de picante. El sitio no era nada cómodo, pero a la sombrita, picoteando y sentados, se estaba de miedo. Tanto que estuvimos un buen rato e incluso aguantando varias tandas de autobuses que paraban allí para que los pasajeros pillasen algo, con sus consiguientes miradas y rodeos que nos hace la multitud.





En otro alarde de valor, nos montamos en las bicis para afrontar los últimos 6Km de subida. Parece que la carne nos dio bastantes fuerzas, porque conseguimos llegar a cima bastante cómodos. Arriba, después de ver la pedazo bajada que nos esperaba, nos pusimos las camisetas y 10 pedazo de kilómetros cuesta abajo con bastante pendiente que nos supo a gloria hasta llegar a Lancang. Lástima que nos la interrumpieran a mitad de camino en un control de la Guardia Civil China (¿Cómo sabrían que somos de Bilbao?). Después de hacerles la rosca a los agentes y de que escrutaran concienzudamente nuestros pasaportes llegamos a la ciudad para alojarnos en un cómodo hotel.


Esa noche tampoco tardamos mucho en dormir.


Resumen de etapa: Numerosos valles atravesados, superpuerto de 35Km y control de la Guardia Civil


16 Hello China, Agur Laos maitia


Supuestamente este día pasaríamos a China desde Oudomxay, después de pedalear 85Km. La etapa no se presentaba dura, alguna subida que otra pero no dignas de mención. Para nuestra sorpresa y una muy buena prueba de fuego para el punto de soldadura de la parrilla de Mantu, la carretera era horrible! El maldito camino, quiere ser una carretera, pero no, es una superficie irregular que tratan de parchear continuamente y como no la asfaltan nunca acaban de formarse mas baches. Al principio como siempre hace gracia, pero después de 60Km, no te saca ni una simple mueca facial. Esta carretera es un claro ejemplo del bloqueo comercial de Laos hacia China.
Todo esto sumado a la polvareda provocada por el tránsito de camiones, apisonadoras, grúas levantando calzada, montones de piedras,… hace menos graciosa todavía la jornada.

Después de una súper bajada y afortunadamente, correctamente asfaltada, hicimos nuestra parada de rigor en un típico badulaque de un pueblecito de Laos. En estos peculiares establecimientos, te puedes encontrar desde una plancha de ropa, peines, gomas para el tirachinas, huevos, champú, todo tipo de refrescos, pilas, noodels, aceite, papel higiénico,… hasta repuestos para la moto. Además en esta ocasión la señora nos dijo que nos preparaba comida. Así que una tortilla francesa con pimientos verdes y un poco de sticky rice acompañado de unos refrescos, fue nuestro aperitivo. Por cierto, no eran pimientos verdes, sino guindillas verdes, con lo que la señora se aseguró una venta de unas cuantas latas mas. Vamos, un badulaque en toda regla.

Los últimos 20Km antes de llegar a la frontera China, fueron una maravilla. Esta carretera, que llega hasta la frontera, está construida por los chinos y se puede decir que una vez que pisas este asfalto, ya estas en China. De hecho, paramos a tomar algo antes de afrontar los últimos kilómetros y todo era Chino, los refrescos, las letras, los dependientes,… Ya comenzamos a saludar en Chino, Ní Háo.
Rápidamente llegamos a la frontera, donde los agentes de Laos, nos comunicaron que la frontera China cierran a las 17:00 y como serían las 18:00, pues nos quedamos a las puertas. Menos mal que a un escaso kilómetro estaba el último pueblo de Laos, Boten. Bueno o eso pensábamos nosotros, que sería Laos, porque sorprendentemente eran todo chinos, incluso se pagaba en Yuanes y con los Kips (moneda Laos) no se aclaraban nada bien.
Luego nos dimos cuenta que era como una mini Las Vegas para los chinos, fuera de China, pero regentado, construido y habitado todo por chinos, donde vienen al casino a jugar, apostar y de putas. Vamos un paraíso para los chinos.
Gracias a esto tuvimos la ocasión de ir practicando Chino, degustando su comida y manejarnos con el dinero. Parecía ser un pequeño previo a lo que nos depararía en China.
En este sitio, había un hotel de lujo, un hotelito, para nuestro gusto un tanto caro y nuestra guest house …

… si, si, si, nuestra guest house era un VIDEOCLUB!! Sorprendentemente en la parte de arriba tenía cuatro habitas, un tanto básicas, pero con tele y DVD.
Al día siguiente después de un gran desayuno Chino (arroz y pollo) que está increíble, pedaleamos 1Km y cruzamos la frontera.

En contra de las previsiones de algún familiar que decía que no nos dejarían pasar a China con las bicis y menos con nuestras pintas… SÍ, ESTAMOS EN CHINA!
Todo cambia en pocos metros, tan solo es salir del cuchitril del puesto fronterizo de Laos y entrar en China cruzando un imponente edificio fronterizo con forma de pez. Ajardinado, muy bien cuidado, silencioso y sobre todo muy minuciosos a la hora de comprobar y sellar el pasaporte.
Damos las gracias a China por sus infraestructuras, ya que nuestras piernas se han ahorrado mucho sufrimiento por la presencia d ese gran invento, el TÚNEL! Al principio eran pequeños y no presentaban mayor complicación, pero cuando te topas con los que son mas largos, de mas de 3 y 4Km, sin iluminación y de estrechos carriles sin arcén, por donde transitan bastantes camiones, la cosa se pone fea. En estos túneles hay que echar mano de los frontales y tratar de cruzarlos lo más rápido posible.

Para darle mayor emoción al asunto, en el túnel de 4Km 700m, Eneko 3-0 Mantu.
Paramos a comer en un pueblecito, era nuestra primera parada oficial para comer en China y flipamos de lo bueno y barato que estaba todo. Reanudamos pronto la marcha pues la etapa era larguita, de unos 126Km y con subidas ya que esta parte de China es muy montañosa. Es por ello que el paisaje nos deleita con unas estupendas vistas desde lo alto de los puertos.
Por cierto, otro gran invento, el PUENTE. Gracias a él, hemos podido pasar de valle a valle sin tener que subir.
Una vez atardeciendo y sin tener ningún sitio donde dormir, nos desviamos a un pequeño pueblo para probar suerte. Al tratar de preguntar en Chino, con nuestro pequeño diccionario currado por un malagueño (gracias Antonio), esta es la estampa típica…
… prácticamente estaría todo el pueblo rodeando a Eneko, curiosos por ver la libretita y que es lo que preguntábamos. Aquí en China, olvídate de Inglés, con lo que hay que apañárselas para hacerte entender. Afortunadamente y tras un rato comprendieron nuestras necesidades y nos mandaron a 7Km donde cenamos, duchamos y dormimos muy bien y barato.
Resumen de etapa: Llegada a China, montañas, túneles y puentes, frontal, buena comida, barato, 146Km y pinchazo
Al habernos hecho tantos kilómetros, la etapa de hoy ha sido bastante corta y no muy pronunciada. Hemos dejado de lado los túneles y puentes para tomar una carretera secundaria, donde no se avanza tan rápido, pero se conoce una China mas rural.
Nos hemos encontrado de nuevo con el Mekong, que lo abandonamos en Luang Prabang. Ciclando a su lado hemos cruzado pequeñas aldeas, plantaciones inmensas de plátano y otras de piña. En una de estas últimas plantaciones no hemos podido resistirnos a ese pequeño puesto donde te las partían recién cogidas de la mata.

Para la hora de comer ya estábamos en destino, Jinhong. La entrada ha sido un poco desastrosa por las obras de acceso a la ciudad, a la cual hemos llegado con unas pintas un tanto guarras. La ciudad nos ha sorprendido. Sabíamos que sería grande, pero no tanto. Un alarde mas del gigante Asiático nos ha impactado. Nos encontramos en un sitio turístico, y sorprendentemente, de lo bien que se come, no estamos buscando PIZZA!! Aunque si casualmente nos cruzamos con alguna…