martes, 28 de septiembre de 2010

20 Zorionak Mantu

Con los puntos fresquitos, al día siguiente, tocaba retroceder y encima subidón tremendo que sabíamos que nos tocaba al empezar, ya que la otra vez llegamos a Lancang con una bajada de escándalo. Como la otra vez, la Guardia Civil China, nos paró y nos volvieron a pedir la documentación, no sabemos para qué, porque no creemos que pasaran mas guiris en bici. En esta ocasión, la verdad es que la parada la agradecimos.
Después de casi 12Km de dura subida y antes de llegar al término de esta, vimos que unos operarios, estaban soldando una estructura metálica. Mantu aprovechó para pedirles que le soldaran la parrilla delantera, ya que todavía se aguantaba con bridas. Uno de ellos bajó y en cuestión de segundos, ya tenía la parrilla soldada y lista para sufrir cualquier imprevisto, pues ahora no se rompe ni metiéndola por Osmosno road ni por cientos de kilómetros en obras (Nock de Blotas espera no tener que comprobarlo!).


Desde arriba tomamos una instantánea, donde se ve Lanchang y en la parte de la derecha al fondo, los desmontes y taludes de los primeros kilómetros de las obras.


Con una gran alegría despedimos este pueblo y la maldita carretera en obras, para saludar a los 32km de bajada y por asfalto del bueno, que nos esperaban. Esta vez, agradecimos el viento en contra durante la bajada, ya que debido a los estragos que hizo la susodicha carretera, no teníamos prácticamente frenos y no tuvimos que utilizarlos en ningún momento.
Después de deshacer 105Km, llegamos a Linhuatang, donde nos alojamos en un hotelito, con una habita muy guapa, a la par que barata.
No hicimos mas que cenar, dormir y desayunar, para nuevamente deshacer unos 25Km hasta un cruce, donde tomamos una nueva carretera para dirigirnos a Simao, primer destino de nuestra nueva ruta hacia Dali.
En Simao, por fin pudimos sacar dinero, ya que tan solo nos quedarían como unos 10 euros. En un principio, nos íbamos a quedar en Simao unos días, para celebrar el urtebetetxe (cumple) de Mantu, ya que esta ciudad era bastante grande. Aquí hemos de decir que nos alojamos en el mejor hotel en el que nunca antes nos habíamos alojado y por tan solo 9 euros (también hemos de reconocer que no hemos pisado demasiados hoteles en nuestra vida). Uno no se puede hacer a la idea, de lo gustoso que puede llegar a ser tener un retrete donde poder sentarse y sin ningún tipo de preocupaciones.
Pronto nos dimos cuenta, que a pesar de ser grande, no era para nada destino turístico. Éramos los únicos no orientales de toda la ciudad, y para colmo no veíamos pizza por ningún lado. Movidos por nuestra insaciable gula, decidimos pasar una noche en Simao para al día siguiente tomar un bus con destino Jinhong. Este es el único sitio turístico que hemos pillao en China y donde pasamos dos dias muy agradables. Como las bicis necesitaban unos frenos y unos retoques, aprovecharíamos para ponerlas a punto y tirarnos 3 días para comer bien, celebrar el cumple de Mantu en condiciones y dar una pausa a las empozadas.
Difícilmente conseguimos un billete de autobús donde nos dejaran meter las bicis, pero tras mucho pelear y aprovechándonos de la incomodidad de no hablar el mismo idioma, lo conseguimos.
Una vez en Jinjhong, lo primero que hicimos fue ir en busca de nuestro cartel favorito:


No os podéis hacer a la idea, de cuanto tiempo y dinero hemos llegado a invertir en este local. Desayunar, comer y cenar cada día y a lo grande, minan cualquier presupuesto. Pero mereció la pena, con tarta de cumple con “Zorionak Mantu” y la ostia la noche del cumple. Que grande Eneko cómo se lo curró.
El día que fuimos a arreglar las bicis, no solo cambiamos los frenos, sino que tuneamos un poco las bicis poniéndolas unos manguitos a juego. Llevados por la euforia del buen gusto y la exquisitez del tunning, tenemos dos acompañantes mas: Bob y Patricio.


A los tipos de la tienda de bicis, unos chavales jóvenes, les debimos caer bien y nos invitaron a echar unos bailables esa misma noche. Era un miércoles, pero en China, o aquí en Jinjhong, es el día de marcha.
Después de cenar, se suponía que íbamos a ir a la tienda de bicis a buscarles para ir de fiesta, pero con la panzada que llevábamos, no nos apetecía ni huevo. Casualidad, de la que estábamos yendo para la guest house, nos los cruzamos. Iban 3 en una moto y se conoce que llevaban un rato dando vueltas para ver si nos encontraban. De lo emocionados que estaban por salir con los guiris de fiesta, nos animamos a echar una con ellos.
La verdad es que nos lo pasamos muy bien. Nos llevaron a una discoteca “Budweiser” de 8 plantas con ascensor! Siceramente, es la mayor discoteca en la que hemos estado (realmente, no somos muy de discotecas!). Fue muy gracioso ver como bailaban los chin@s y ser el centro de atención de la planta 5. Todavía no sabemos si por nuestra vestimenta, traje de baño, camiseta de tirantes y crokcs, o por ser guiris, con rastas, cresta y un mostacho ridículo al mas puro estilo Dartañan!


Tras esta jornada de descanso, volvimos a Simao, para alojarnos de nuevo en el súper hotel, donde habíamos dejado las alforjas, con intención de retomar la nueva ruta hacia Dali al día siguiente.

Debido a un error en las cartas de navegación, el pueblo al que queríamos llegar, no estaba a 60Km, sino a 40. Queríamos hacer pocos kilómetros para no lastimar las piernas después de 4 días de descanso y fundamentalmente porque a las 16:30 daban Operación Swordfish en la tele. Ha sido todo un fiasco ver que era en Chino y no en Inglés como pensábamos, pero para nuestro gozo, nos hemos enterado que a las 22:30 dan Transformers!! En Chino, pero gran sesión de CINE!

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