sábado, 25 de septiembre de 2010

17 Empozada I

Tras quedarnos un día mas de lo previsto en Jinghong y poner a punto las bicis, ya que hasta el siguiente sitio turístico nos quedarían como 9 etapas, partimos hacia la ruta prevista. En este pueblo, que al ser turístico, teníamos acceso a Internet, pudimos comprobar que en China las redes sociales están vetadas, con lo que no iba a poder actualizar el blog en este país.



Queríamos probar una carretera que en el mapa la marcaba blanca y roja un pelin gordita, de las que son un poco mejores que la delgada línea roja, para ver como sería y así decidir si al día siguiente ciclaríamos por una de esas delgadas líneas.


Nos costó bastante llegar a la desviación para tomar dicho camino de prueba, por una carretera un tanto monótona y por donde transitaban bastantes vehículos. Pero una vez llegados a la desviación, la carretera para nuestra sorpresa estaba asfaltada y discurría por unos enclaves preciosos. Comenzamos una ligera ascensión donde al coger un poco de altura empezamos a andar por plantaciones de té. En esta zona se dedican prácticamente al cultivo del té junto con las extensas plantaciones de arroz características de este país.





Parece que el destino tiende a equipararlo todo y Mantu comienza la remontada, Eneko 3-1 Mantu.





Esta zona era muy agradable para ciclar e incluso el tiempo que nos hizo acompañó muy gratamente esta parte del camino. Es por ello que decidimos hacerles un homenaje a nuestras inseparables y queridas compañeras, las bicicletas.





Todo iba sobre ruedas hasta llegar a Mansan, donde aprovechamos para tomar unas empanadas y unos noodels. Al pasar este pueblo y preguntar por el siguiente nos indicaron que debíamos retroceder un poco para tomar una desviación. Aquí la carretera se convertiría en pista. La verdad es que la tomamos muy gustosamente, nos apetecía un poco de offroad. Con buen humor empezamos a andar por esta pista a sabiendas que nos estábamos empozando un poco porque según el mapa no debíamos desviarnos ni se cambiaba el tipo de carretera.





Pronto la pista dejó de ser pista , para pasar a ser la famosa, Osmosno road. Sugerimos vean el siguiente link donde se explica claramente lo que es este tipo de terreno: Mierda no lo encontramos, en busca y captura no hos preocupeis!!


Una vez tomado este tipo de carretera, que básicamente consiste en un camino empedrado, tipo adoquines mal colocados, en una constante y pronunciada pendiente e incluso con tramos muy embarrados, ya no hay marcha atrás.





Tan solo parar para echar una cañita al aire y a seguir pedaleando pues no se sabe cuanto durará el caminito de marras.





Llegamos a un desvío en este camino, sin tener ni idea de por donde tirar, casualmente vimos a lo lejos a la izquierda una especie de caseta. Nos acercamos y vimos a una chica trabajando en la huerta. Nos indicó que el pueblo que buscábamos estaba a 3 kilómetros. Tras una increíble bajada, llegamos al pueblo, donde nos costó un buen rato entendernos con ellos para que nos indicaran la dirección del siguiente pueblo. El pueblo no tendría mas de 12 habitantes y allí estaban todos rodeándonos. Finalmente y muy a nuestro pesar comprendimos que teníamos que deshacer lo andado y subir aquella pedazo de bajada de 3Km.


Lo bueno que tiene este tipo de tramos es que te llevan a la China mas rural, donde el color de los prados de arroz que te brindan los últimos rallos de sol, crean un ambiente mágico.





Si efectivamente, los últimos rayos de sol estaban al caer y nosotros aún por el monte, sobre pista Osmosno y sin tener ni idea de cuanto nos quedaría para llegar. Por suerte nos dieron en este pueblo un poco de agua (agua de río aderezado con unas hojas de té, saludando a la pirri!), teníamos unos cacahuetes y la tienda de campaña.


En otra desviación decidimos tirar por el tramo que ya estaba cementado, donde a lo alto de una empinadísima cuesta se veían unas casas donde podríamos comprobar si íbamos en buena dirección. Después de una dura subida, la tuvimos que bajar, pues era por el otro lado, por donde seguía el nefasto camino.


Tras un golpe de suerte y anocheciendo, al cabo de un rato la pista se torno en carretera. Venerado asfalto





No sólo era carretera asfaltada, sino que después de subir un poco, comprobamos que nos esperaba una bonita bajada, eso si, no sin antes colocarnos el frontal en la cabeza, pues la oscuridad era inminente.





En una de las casetas que había preguntamos por nuestro destino, Simaogang, donde nos habían dicho que había sitio para dormir. No debíamos estar donde creíamos estar, porque todavía quedaban 26Km. Un duro palo porque llevábamos mas de 100 kilómetros y esperábamos estar cerca. Seguimos para adelante cabizbajos, para afrontar otras duras subidas antes de llegar a la desviación que nos habían indicado.


Por fin llegamos a la desviación, donde tras andar unos 12Km, llegamos a una especie de peaje. Allí nos pararon unos tipos uniformados, a los que les preguntamos cuantos kilómetros nos quedaban hasta el pueblo. Cuando nos dijeron que quedarían unos 20Km, preguntamos directamente por un sitio para dormir. Sorprendentemente, a escasos metros había una parada de camioneros donde nos darían de cenar y una camita.


La estancia no es que fuera lo mas agradable, pero la reventada que teníamos hizo que fuera como un palacete celestial. Tras cenar a gusto y sacudir las arañas de las camas, fue cerrar los ojos y hasta mañana.


Resumen de etapa: Primer pinchazo de Mantu, Osmosno road, dos desviaciones equivocadas, frontal, 140Km y mas de 12h pedaleando






A la mañana siguiente hicimos tiempo record a la hora de partir. Normalmente salimos entre las 8:00 y las 8:30, pero este día salimos a las 7:15, pues no nos daban de desayunar. Pasamos el peaje y tras 10Km llegamos a un pueblo donde comimos unos noodels que estaban malísimos. Al preguntar por el nombre del pueblo en el que nos encontrábamos, fue cuando nos dimos cuenta que el día anterior hicimos algo raro. Parece ser que como no pronunciamos bien, nos mandaron para otro pueblo al que no queríamos ir, con lo que lo pagamos caro pero bonito.


En esta etapa, nos volvimos a juntar con el majestuoso Mekong, donde se encañona y estrecha adquiriendo mayor velocidad. Aquí nos impactó la fuerte brisa que circula a través de la garganta por la que discurre el río.





Lo mas destacado de esta jornada fueron los valles que íbamos cruzando, con sus buenas cuestas, pero con el aliciente de estar asfaltadas. Después de una bajada rara, en la que había que seguir pedaleando para avanzar, hicimos una parada técnica para refrescarnos. Se conoce que el día anterior supuso un buen desgaste, porque ambos coincidíamos en estar cansados y tener una modorra brutal.


En un alarde de valor, continuamos la marcha bajo un sol de justicia. Al de pocos kilómetros vimos que todavía nos quedaban 44Km hasta nuestro destino, Lancang. Comenzamos una ligera ascensión en la que al girar la primera curva descubrimos que no iba a ser tan ligera ni mucho menos corta.


Como siempre las ascensiones nos deparan una bonitas vistas, pero cuando llevas 20Km subiendo sin tregua y sin atisbo de final alguno, las vistas no te resultan tan bonitas.





En el kilómetro 29 de subida, vimos que había como un pequeño área de descanso. Paramos para tomarnos unos refrescos, unos cacahuetes sin tostar y unas piezas de carne a la brasa con mogollón de picante. El sitio no era nada cómodo, pero a la sombrita, picoteando y sentados, se estaba de miedo. Tanto que estuvimos un buen rato e incluso aguantando varias tandas de autobuses que paraban allí para que los pasajeros pillasen algo, con sus consiguientes miradas y rodeos que nos hace la multitud.





En otro alarde de valor, nos montamos en las bicis para afrontar los últimos 6Km de subida. Parece que la carne nos dio bastantes fuerzas, porque conseguimos llegar a cima bastante cómodos. Arriba, después de ver la pedazo bajada que nos esperaba, nos pusimos las camisetas y 10 pedazo de kilómetros cuesta abajo con bastante pendiente que nos supo a gloria hasta llegar a Lancang. Lástima que nos la interrumpieran a mitad de camino en un control de la Guardia Civil China (¿Cómo sabrían que somos de Bilbao?). Después de hacerles la rosca a los agentes y de que escrutaran concienzudamente nuestros pasaportes llegamos a la ciudad para alojarnos en un cómodo hotel.


Esa noche tampoco tardamos mucho en dormir.


Resumen de etapa: Numerosos valles atravesados, superpuerto de 35Km y control de la Guardia Civil


No hay comentarios:

Publicar un comentario