lunes, 29 de noviembre de 2010

45 Preguntas posibles

Estos últimos días, no ha ocurrido gran cosa, ni Donceles ha preparado ninguna, ni ha habido contratiempos, prácticamente sin viento, pero eso sí, con una calma extrema del agua.
Por ello, en esta entrada, voy a tratar de dar respuesta a todas aquellas preguntas que tal vez se os pasen por la cabeza y alguna otra que quizás ni se os hubieran ocurrido.
De modo que ahí van una sesión de Posibles Preguntas

Cuando y cómo se te pasó por la cabeza este proyecto?

Hace un par de años ciclando por el sureste asiático, el Mekong me sorprendió gratamente. Pero fue después de volver del viaje cuando empecé a soñar que bajaba el río en piragua y poco a poco terminó convirtiéndose en un deseo que quería intentar llevar a cabo.

Has hecho anteriormente algún río?

No, nunca. Aunque andar en piragua algo, no mucho, ya he hecho.

Como dicen tus amigos, no sería mejor empezar por el Ebro, antes de hacerte el Mekong?

Pues si, la verdad es que sería lo mas sensato y correcto, para saber de ante mano posibles contratiempos, planificar mejor el material, saber mas o menos cuantos kilómetros se pueden hacer al día, … y muchas mas cosas. Pero con el Ebro no he soñado nunca y si no,… no sería yo!

Cuantos kilómetros hacéis al día?

Depende mucho de la corriente que lleve el río. Por ejemplo en el norte de Laos y sur de China íbamos a un ritmo increíble, una media de 60Km e incluso una etapa fue de 80Km. Pero con las aguas calmadas, la media se reduce a unos 35-45Km. Y si el viento en contra es criminal y tenemos que dejar de remar, pueden llegar a ser 15Km!

Cada cuantos días paráis?

Sorprendentemente casi siempre han sido 7 u 8 días de paleo y parar un día. No por nada especial, sino por que se ha dado así, que al de una semana mas o menos, o nos encontrábamos con algún pueblo (en Tailandia) con el que no contábamos y que era lo suficientemente grande como para tener alojamiento o por que llegábamos al siguiente destino turístico de Laos al cabo de 7 u 8 días.
La verdad es que si tuviéramos que remar mas de 8 días seguidos, si que se haría bastante duro, ya que al séptimo día ya se nota la fatiga muscular y psicológica. Parar cada semana, creemos que es lo mas acertado.

Como os arregláis con la comida?

Normalmente calculamos los días que nos puede llevar llegar hasta el siguiente destino turístico y compramos comida para un día mas de lo previsto por si acaso. Alguna vez, hemos tenido suerte y hemos podido comer en algún pueblo Tailandés con cuya presencia no contábamos. Martino se encarga de comprar la comida para la cena y los almuerzos y yo me encargo del desayuno y caprichos varios.

Que soléis comer y como lo cocináis?

Desayunamos una pasta de avena. El proceso es hervir agua con azúcar y si es posible y hemos encontrado, añadimos plátanos. En cuanto hierve todo esto, se añade la avena y se espera hasta que quede una especie de puré algo mas líquido. En este momento se le añade “Ovaltine”, que es el colacao asiático y que no sabe casi a nada, pero que le da un toque a chocolate o por lo menos visualmente la pasta se vuelve como chocolate.
Hasta las 17:00 que no empezamos a hacer la cena, nos alimentamos a base de pequeños bocatas de algún embutido, si ha habido suerte y hemos encontrado, acompañado con un poco queso de “La Vaca que Ríe”, si también hemos sido afortunados. Otro bocata suele ser de mantequilla de cacahuete y algo de fruta y rematamos la jugada con unas galletitas de azúcar y cacahuetes, pero que hoy se nos han acabado y no hemos encontrado mas en Takek.
De la cena se encarga Martino. Siempre es pasta, para recuperar carbohidratos, acompañado con alguna salsa. Estas salsas varían desde:
1.- Ketchup con unas salchichas caseras que encontramos en los mercados, cebolla y ajo.
2.- Patatas con zanahoria y cebolla, acompañados con un poco de huevo que lo añade al final, una vez retirado el agua de la pasta y sin ponerlo de nuevo al fuego. Se cuece un poco el huevo con el calorcito de la pasta y se queda una salsita muy jugosa.
3.- Manzana con cebolla, chorizo y tomates naturales, acompañados por un poco mas de tomate frito
Mas o menos entre estas tres salas nos meneamos, aunque puede haber alguna alteración en los productos y las dosis según la escasez de alimentos. Pero por suerte siempre nos quedamos llenísimos.

Cómo cocináis?

Tenemos una cazuela grande para dos, con un par de platos. Al principio usábamos el campingas, pero viendo que las bombonas que teníamos no iban a ser suficientes, cuando nos quedaba tan sólo una, empezamos a hacer fuego y reservar el gas para cuando llueva o no encontremos leña. Por suerte cada vez encontramos mas leña y cada vez mas seca, con lo que el riesgo de acabar con el gas, cada vez es mas reducido.

Cómo os situáis donde estáis y cómo sabéis cuanto os queda para llegar al siguiente pueblo previsto?

Esta es una muy buena pregunta, ya que en el río no es como en la carretera, que igual te encuentras con alguien a quien preguntar, o ves un cartel indicativo o un mojón. Aquí nos guiamos un poco por las curvas que vienen y por las que vemos en el mapa, pero sino fuera por el GPS, no sabríamos donde nos encontramos o cuan cerca estamos de llegar al pueblo. Gracias a ello, te puedes hacer una idea y preparar la mente para terminar el día con un poco mas de esfuerzo, pero sabiendo que vas a llegar al pueblo. Bueno y menos mal que el GPS tiene un mapa mundial básico donde aparece el río y los principales pueblos, porque sino,… Como soy un negado con la informática, no me había bajado ningún mapa del sureste asiático, ni me había comprado uno, ya que salía bastante caro. 

Cuales son vuestros mayores miedos y/o temores?

Al principio, los mayores miedos eran los infundidos por toda la información que recopilé antes de emprender el viaje. Lo que mas me preocupaba eran los animales, variedad de serpientes que habitan por esta zona, tarántulas y escorpiones. De las serpientes que se pueden encontrar a lo largo del Mekong, están, la Pitón Birmana (una constrictor y encima venenosa), la temible King Cobra (la serpiente mas temible, por la potencia de su veneno y sus dimensiones) y multitud de diferentes cobras. Bueno pues en todo este tiempo, solo hemos visto una serpiente pequeña nadando sobre el agua y otra un poco mas grande, reptando en las cercanías de una casa a la que fuimos a pedir algo de comida. Arañas que intimiden ninguna y tan solo un escorpión que estaba mas atontado que nosotros.
Otro temor era el asunto de dormir. Creía que igual alguna vez tendría que dormir en la piragua, pues por el norte el río está mas cerrado y no iba a ser tan fácil encontrar algún sitio plano donde poder poner la tienda o incluso tumbarse. Pero las playitas del Mekong, nos han sorprendido muy gratamente y nunca hemos tenido ningún problema para encontrar un sitio decente donde acampar. Alguna vez si que no ha sido todo lo deseado pero siempre ha habido sitio.
De modo que el único peligro, con el que a penas había contado, ha sido la fuerza del agua y sobre todo sus remolinos. Sabía que algún rápido me podría encontrar. De hecho han sido unos cuantos los que hemos pasado, pero sin mayores complicaciones. Sin embargo, los remolinos nos han asustado mucho y mas aún a Martino quien lo ha vivido y sentido en sus carnes! Pero una vez pasado la zona norte no ha habido mas remolinos a tener en cuenta y de aquí hasta la desembocadura, lo único preocupante son las cataratas que hay en la frontera entre Laos y Camboya. Pero esta parte la tengo controlada con los puntos que tomé con el GPS, de modo que cuando lleguemos a las 4.000 islas del Mekong, lo mas seguro es que nos tengamos que salir del río y pasar esta zona por la carretera.
Por lo demás los no hay mas peligro que el que intentan demostrarnos los guardianes de los turistas en Laos, cargados con sus AK-47, para protegernos, de esos peligros, que nunca nos los dicen y que son inexistentes.

Como conseguís agua y como la racionáis?

Llevamos con nosotros un bidón de 20L de agua y dos botellas de agua cada uno. Una de estas botellas de litro y medio, es para ir bebiendo durante el día y la otra es para rellenarla del agua de algún río que llegue al Mekong. Ya que como dije, la del Mekong no se puede beber ni hirviéndola. De este modo conservamos el agua del bidón solo para beber y no para cocinar.
Al principio, como nos llovía y no hacía calor, no bebíamos tanta agua, el bidón nos duraba casi 5 días. Pero en cuanto se estableció la estación seca y no aparece una nube en todo el día, sudamos de lo lindo y bebemos mas agua, con lo que el bidón nos dura 3 días!
Lo que hacemos, es tratar de pedir que nos rellenen agua en el primer sitio medianamente grande que encontramos. En estos sitios, Martino se encarga de comprar plátanos y Sticky rice (arroz pegajoso) y yo que soy el aguador, me toca la dura tarea de subir las escaleras, la rampa o el talud, con el bidón medio lleno, recorrerme el pueblo hasta encontrar a alguien con bidones como el nuestro y pedirle que me deje rellenarlo. Pero luego viene lo peor, deshacer lo andado, pero con los malditos 20 kilos al hombro y luego tratar de bajar hasta la piragua, que normalmente está todo embarrado. Y todo esto bajo un sol de justicia! Esto me pasa por ser el tonto que lleva la piragua doble, con el agua y gran parte de la comida y cacharros de cocina.


Normalmente les enseño primero unas fotitos de las piraguas, les trato de decir desde donde venimos y a donde vamos y cuando veo que me han entendido y alucinan, es cuando les pido que me rellenen el bidón y hasta ahora no hemos tenido que pagar nada mas que una vez por el agua.

Cuantos kilómetros lleváis y cuantos vais a hacer en total?

Llevamos unos 1.100Km y desde donde empezamos hasta la desembocadura son unos 2.200! No parecen muchos, pero en piragua, la verdad, es que son una barbaridad! Como ir desde casa hasta Almería y volver, pero remando!!!

Que ha sido de la “Avispa”?

Todos me decían que la vendiera en China, pero la “Avispa”, no se vende y con el cariño que la tengo, al final se la regalé a Nico, el argentino que vive en Chengdu, con el que ciclé 10 días por Tíbet y que luego me acogió en su casa. Un poco a modo de agradecimiento y otro poco por saber que se queda en buenas manos, allí la dejé, no sin antes despedirme de ella e incluso hablándola como si fuera una amiga! Cualquiera que me viera ese día en casa de Nico despidiéndome de ella,… menos mal que no había nadie!
Incluso, de esta manera, si algún día voy a China y le visito a Nico, igual hasta puede que otra vez hagamos alguna aventurilla más juntos. No pierdo la esperanza y de echo, creo que esto solo ha sido un hasta luego y no un adiós!

La pregunta del millón, que ha sido de” Patricio”?

Patricio, como fiel compañero y mejor marinero que es, cómo no me iba a acompañar en la navegación de Mekong? Sigue tan risueño como siempre e incluso más si cabe, aunque de vez en cuando se le cambia la cara cuando nos metemos en algún rápido o remolino que otro, pero pronto recupera la sonrisa!


Como es un día normal?

A las 5:20 suena mi despertador, seguido de un Martinooo, hora de despertar!! Quitar la parte de arriba de la tienda, pues está mojada por la condensación y ponerla a airear. Recoger todos los bártulos y meterlos en las alforjas, saco, ropa, esterilla,… todo menos neceser, cubiertos y frontal, ya que es de noche todavía. Mi tarea a continuación es encender el fuego otra vez para preparar el desayuno. Mientras preparo el desayuno, Martino prepara los bocatas.
Cuando el italiano friega los cacharros, yo comienzo a meter la comida en la bolsa estanca y desmontar la tienda. Limpieza dental, montar todo en las piraguas, en mi caso, tordo matutino y para las 7:00 ya estamos remando. Para las 5:45 ya es de día y se ve estupendamente.
Normalmente, a la mañana hacemos tres horas de paleo con una parada si aprieta, para mear. Esta es la primera parada para tomar bocata o fruta según el número de bocatas que tengamos.
Otras dos horas mas y sobre las 12:00 hacemos otra parada donde comemos algo más, bocata acompañado de fruta y si acaso alguna galleta.
Otras dos horas mas y sobre las 14:30, la última parada del día para repostar y afrontar el último tramo antes de parar sobre las 16:00 o 16:30 en la zona elegida para acampar.
Una vez encontrada la zona, lo primero quitar el bidón de agua, las alforjas y la comida, llevarla al sitio de dormir y montar la tienda. Tras montarla, me pongo a buscar leña, a veces acompañado por Martino. Una vez recolectada la mayor cantidad de leña posible, la troceo en óptimos trozos mientras el cocinero pela, corta y limpia los productos a consumir.
Cortar unos trozos de la guía y hacer el fuego. Para cuando están las brasas listas, ya es de noche y el chef comienza a preparar el guiso. Una vez terminado de comer, me toca limpiar los cacharros, pero después viene lo mejor del día, Nutella con pan o plátano si ha habido suerte.
Por último, limpieza dental y nos solemos quedar un rato al calorcito de las brasas contemplando el estrellato o la increíble luna, según toque. Para las 19:30 ya nos estamos dando las buenas noches, un meo y para la cama, en este caso, mejor dicho, para la esterilla!

5:20AM,   MARTINOOOO!!!

martes, 16 de noviembre de 2010

44 Piraguas Explosivas!

Nos costó lo suyo, pero por fin, llegamos a Vientiane!! De los 7 días que pensábamos que tardaríamos en llegar, la calma del agua, ha hecho que llegáramos en 12! Sobre las 11:30 de la mañana divisamos Vientiane. Era una hora perfecta, para poder hacer unas compritas y meternos de nuevo en el agua y seguir, ya que no nos íbamos a quedar a dormir ni descansar un día pues el tiempo que tenemos para estar en Laos, e incluso con la extensión de visado que solicitamos, parece ser que va a ser muy justo.
Pero todo no iba a ser tan bonito como lo creíamos. Cuando el GPS me decía que quedaban unos 6Km para llegar al punto que había marcado hacía 3 meses, donde poder desembarcar, aparece a nuestro lado un bote. Perfecto! Pensamos nosotros, que nos remolque hasta allí! Dicho y hecho, nos acercamos a él para pedirle que nos acercara hasta aquel punto. Pero al de un rato nos percatamos, de que en realidad nos estaban buscando. Un tipo con metralleta y otro uniformado nos pedían el pasaporte y nos decían que teníamos que ir a la oficina.


El caso es que nos remolcaron, pero dos kilómetros río arriba, donde se encontraba la oficina de policía. Una vez allí, nos dicen que nos bajemos y subamos las escaleras. Un tipo sin uniforme, gordo como el solo y bebiéndose un batido, nos dice que no podemos ir por el río. Se acerca otro uniformado, que no hablaba inglés y nos pide el pasaporte. Tratamos de preguntar que es lo que ocurría y el gordo sólo nos decía que no podíamos ir con el bote (como llaman ellos a las piraguas).
Tras una hora tratando que nos explicaran el motivo de no poder ir con el bote, que habíamos entrado en Laos por Huay xai y sin problemas, estado en Luangprabang y sin problemas, que veníamos de China y sin problemas,… ellos insistían en que debíamos de sacar las piraguas del agua e ir en tuc tuc o taxi o autobús, pero no por el agua.
Hartos y desesperados, bajamos a desinflar las piraguas y meterlas en las fundas, con el supuesto trajín que ello conlleva. Quita los asientos, el bidón de 20L de agua, la comida, las alforjas,… una barbaridad de peso, pero lo hicimos. Otro rato nos tiramos hasta que les convencimos de que fueran ellos los que nos pagaran el tuc tuc hasta Vientiane. Finalmente aceptaron y un tuc tuc, nos llevó junto con tres laosianos mas y con su cosecha de arroz! No pude sacar foto, pero el tuc tuc prácticamente iba haciendo caballito del peso que llevaba!
Una vez en la capital, dejamos todo el equipaje en un restaurante y nos fuimos a hacer las compras necesarias para unos 7 días. Aproveché para saludar al francés de la tienda de bicis. Charlando con el y comentándole lo sucedido antes de llegar a Vientiane, me dijo que había una reunión de altos cargos políticos de todo Asia, por la problemática de las minas anti-persona y que había mucha seguridad estos días. Me dijo, que posiblemente, lo mejor sería salir de Vientiane y meternos al agua en las afueras.
Una vez hechas las compras, decidimos meternos directamente en el río y esperar que todo fuera bien y sin problemas, para no tener que andar mas patras y palante con todo el equipo y por no pagar un dineral por un tuc tuc que nos llevara hasta las afueras.
Dicho y hecho, nos fuimos a la orilla con todos los bártulos. Después de haber hecho tres viajes, ya teníamos todo listo para zarpar. Creo que no fueron mas de 15 minutos de paleo, cuando un tipo uniformado y con ametralladora nos empieza a gritar y decir que nos acercáramos. Nuevamente nos decía que no podíamos ir en bote.
Cuando le pedí que por favor me dijera cual era el problema, nos dimos cuenta de que no sabía inglés. De modo que hizo unas señales como de aviso y en dos minutos, estábamos en la orilla, sobre nuestras piraguas y 6 tipos con ametralladoras y vestidos de camuflaje delante nuestro.


El que sabía inglés, nos dijo que no podíamos ir en piragua por el río. Nos explicó que había un mitin sobre bombas y mininas, a lo cual le contestamos que ya lo sabíamos. Le pregunté que a ver si el problema era que éramos sospechosos. A ver si creían que llevábamos minas y bombas con nosotros. Le dije que nos registraran, que éramos gente pacífica, que sólo buscábamos conocer un país de una manera diferente y a través del deporte. Le comenté que nos registraran y que si no veían nada sospechoso a ver si por favor, nos dejarían marchar.
Aceptaron el trato. A lo cual, les llevé todo lo que estaba en mi piragua. Les saqué la comida, toda la ropa, instrumentos de cocina, saco, tienda de campaña,… decían que vale, vale, pero yo seguía sacándoles todo lo que llevaba. Viendo tanto despliegue, el que parecía mas jefecillo, dijo vale, vale, os podéis marchar.
Por lo menos un golpe de “suerte” y nos dejaron marchar! Y a todo esto, Martino viendo la jugada desde su piragua, sin moverse y ni siquiera tener que sacar sus alforjas!
No salíamos de nuestro asombro! Nos consideran peligrosos en el río, pero si salíamos de él y nos íbamos en autobús, no pasaba nada. Parece ser que en Laos los terroristas terrestres tienen vía libre. Y por no decir, que sólo me registraron a mi, que Martino podría tener las alforjas petadas de explosivos.
Total, que llegamos a la conclusión de que en ese mitin, se estaban debatiendo cuestiones de seguridad y lo último en terrorismo, parecen ser las “PIRAGUAS EXPLOSIVAS!”
Con todo este trajín, ya serían las 15:00, con lo que tan sólo teníamos una hora de navegación, antes de ponernos a buscar una zona de acampada. Cuando se acercó la hora de buscar un sitio propicio, el entorno no era pero que nada propicio. A lo lejos, vimos en lo alto de la orilla, una especie de cabaña para resguardarse de la sombra, como en la que una vez dormimos, nada mas entrar en Laos.
Con los últimos rayos del sol, ya atardeciendo, montamos tan sólo la parte de mosquitera de la tienda, para protegernos de los mosquitos, ya que en ese lugar el techado nos protegería del la humedad nocturna.


Inspeccionamos un poco la zona y vimos que a unos 200m había una carretera. Salimos a esa carretera y sorprendentemente allí había un pueblo. Donde habíamos parado era un establo a las afueras, donde se encontraban unas vacas pastando los últimos rastrojos de la cosecha de arroz. Afortunadamente, esa noche, no tuvimos que hacer fuego ni cocinar, ya que nos pusimos morados a arroz en un establecimiento que se encontraba en aquella carretera. A demás pudimos aprovisionarnos de agua potable para no ir gastando del bidón.
De noche y con los frontales, llegamos a nuestra zona de acampada. Nada mas sentarnos para contemplar el estrellato antes de acostarnos, unas motos llegaron hasta allí. No era un sitio donde ir a echar un cigarro, con lo que nos esperamos lo peor. Efectivamente, se bajaron de las motos 4 tipos con una metralleta cada uno. Nos empezaron a hablar en laosiano, pero les dijimos que no entendíamos. Comenzaron a llamar por el móvil, a lo que en 5 minutos llegó otro tipo en moto.
Este sabía inglés y nos empezó a hacer las preguntas de siempre. Nos dijo que le enseñáramos los pasaportes, que era policía. El tipo vestía una camiseta de futbol, con lo que le dije que ese no era un uniforme de policía, que si quería íbamos a la comisaría, pero que a él no le enseñaba nada sino me enseñaba su identificación.
De modo que nos encaminamos hacia la comisaría, tras una media hora de diálogo. Nos llevaron en sus motos hasta lo que supuestamente era la comisaría. Llegamos a una casa, como otra cualquiera en donde dentro nos esperaba un tipo sentado en una mesa larga y con dos sillas delante suyo. Por su puesto ni en la casa había ninguna señal de policía, ni el tipo iba uniformado. De modo que les dijimos que no íbamos a entrar y que a ver donde estaba la policía.
Uno de los tipos dice, OK! Y se pira con la moto. Esperamos sentados en las escaleras de la supuesta comisaría, hasta que el tipo de la moto, aparece todo uniformado con su traje de policía. Así, sí, le dijimos y riéndose nos estrechó la mano.
Pasamos a la “comisaría”, donde les enseñamos los pasaportes. Una vez que vieron que todo estaba en regla, les comenté a ver si el problema era que nos consideraban sospechosos. Me dijo que para nada, que lo que tienen miedo es de que nos pase algo, por eso insistían en que fuéramos a algún alojamiento. Les dijimos que no teníamos el suficiente dinero como para ir a alojarnos y que era tarde, que queríamos dormir y no andar con las alforjas patrás y palante.
Nos dijeron que no había problema en quedarnos a dormir en nuestras tiendas, pero que en ese caso los 4 tipos con metralleta se quedarían con nosotros para protegernos. Les dijimos que no era necesario, que no existe ningún peligro. Pero ellos dijeron, que su deber era protegernos, de modo que si decidíamos dormir allí, tendríamos escolta durante la noche.
Curiosamente varios kilómetros atrás nos consideraban terroristas de la innovación y el desarrollo con nuestras “PIRAGUAS EXPLOSIVAS”  y ahora nos ponían escolta para velar por nuestros sueños.
De modo que esa noche nos sentimos como Whitney Huston  en el guardaespaldas, pero en vez de con Kevin Costner por escolta, protegidos por cuatro bigardos con ametralladoras.
Por la mañana ya no estaba la escolta. Recogimos todo y desayunamos de nuevo en este restaurante. En el mapa vimos que deberíamos de pasar el puente de la “amistad” entre Tailandia y Laos, pero nuevamente el viento y la calma del agua hizo que nos demorásemos.
Nunca nos había hecho tanta ilusión ver un puente. Este puente tal y como para ellos significa un vinculo de acercamiento entre ambos países, para nosotros también tuvo su significado, habíamos hecho los kilómetros previstos para ese día!!! Hacía tiempo que no lo conseguíamos, con lo que divisar ese puente supuso mucho para nuestro maltrecho orgullo!


Después de todo lo que hemos tenido que pasar estos días con el tema de la peña con ametralladoras, llegar a este puente y encima encontrar un sitio increíble para acampar, con bien de leña seca, arena con unas ondulaciones que flipas y un atardecer espectacular, sinceramente, nos lo merecíamos!!


Que contrastes y sombras!!


Sin nadie que nos moleste,…


 ni perturbe nuestros sueños,…


… buenas noches Mekong

43 Y otra Doncelada


Poca cosa os puedo contar de estos últimos 7 días. La calma de las aguas hace que vayamos remando cabizbajos, sin querer mirar al frente, ya que ahora sólo tenemos inmensas rectas ante nuestros ojos. El calor azota terriblemente desde las 8 de la mañana y sin mas temas de conversación, ya que entre que nuestro inglés, que es un tanto penoso y que llevamos mucho tiempo juntos, no sabemos ni de que hablar. De modo que remamos sin parar y sin hablar durante unas horas, cada uno con sus pensamientos, tratando de entretener la mente para mitigar el dolor de brazos y espalda y sobre todo para soportar esa monotonía que nos depara el agua calmada.
Estos días no estamos teniendo suerte con las playitas, con lo que a partir de las 16:00, que es cuando nos paramos para acampar, estos días hemos tenido que remar un poco mas hasta que encontramos algo donde poner la tienda. Por lo menos, hemos tenido suerte y el primer día encontramos un templo a orillas del río. Era el templo de un pueblo muy pequeñito y algo extraño, pero nos aceptaron en su comunidad gratamente. A demás esa tarde, nada mas meternos en el templo, comenzó a llover. Menos mal que estábamos allí, porque sino hubiéramos tenido que usar el gas para cocinar, ya que la leña estaría mojada. Cocinamos bajo el suelo donde duermen los monjes, en una especie de mini cocina de leña que tenían y con madera que almacenan ellos bajo este chamizo.
Nosotros dormimos dentro del templo, rodeados de coloridos cuadros y banderas y demás ornamentos religiosos. Nos cedieron unas esterillas de mimbre y afortunadamente esa noche, dormimos con ALMOADA!! Una dulce brisa nos acompañó durante toda la noche, haciendo mas soportable el calor dentro de nuestros sacos.


El sonido de los gong, sobre las 5:30 de la mañana, impidieron que durmiéramos un poco mas de lo planeado para esa mañana, ya que provistos de leña, no tendríamos la tarea de recopilarla y pensamos levantarnos sobre las 6Am. Pero aún así, fue muy bonito y para nada molesto, despertarse con ese sonido y ver cómo se van preparando los monjes para las oraciones y sus abluciones y rituales matutinos.
Con el sol de la mañana, nos despedimos de aquel extraño templo y nos encaminamos en nuestra meditación, que esas aguas tan calmadas están propiciando y creando un nuevo estar apaciguado en nuestros rostros.


Por fin, después de tres días de escasez e incluso ausencia de playas, comenzamos de nuevo a ver estos magníficos oasis para nuestros ojos, pues son un estupendo lugar para parar a comer algo y para acampar en zona medianamente plana y menos dura que la tierra.


En esta zona, ya no tenemos problemas con el tema del agua, ya que a partir de aquí, todo el resto del río es zona poblada. De modo que cada cierto tiempo vemos algún pueblo que otro y casi todo el rato vemos agente pescando en sus botes o trabajando la tierra a orillas del río.
En esta zona por la que estamos navegando estos días, el río hace frontera entre Tailandia y Laos. Como vamos por el río, según nos venga mejor por la corriente, a veces estamos en un país y a veces en otro. Pero casi siempre que podemos y vemos en el mapa que en el lado de Tailandia va a haber un pueblo aparentemente grande, tratamos de llegar a él para la hora de comer. Si es así nos tomamos nuestro tiempo, paseando por el pueblo para tratar de encontrar un lugar donde preparen “Pad Thai”. Nos estamos mal acostumbrando a esto, pues nos jugamos un poco el tipo por estar en este país sin visado y porque en cuanto el río no haga mas frontera con Tailandia, se nos va a hacer muy duro no comer estos increíbles noodels fritos con verduritas y soja. Pero que nos quiten lo bailado mientras dure!


Este día, por la tarde, se levantó un viento bastante fuerte, como ya era hora de parar, decidimos hacerlo un poco antes, ya que el viento resultaba bastante molesto. Pero lo peor estaba por venir. El día siguiente, después de una noche bastante ventosa, lo tuvimos con un duro viento en contra que nos resultó de lo mas incómodo. De hecho, entre los dos días de duro viento que tuvimos, no avanzamos mas de 25Km! El primero de los días de viento, el mas fuerte, había momentos en los que remábamos y no avanzábamos ni un solo metro. Después de varias horas y viendo que el esfuerzo estaba siendo inútil y que tan sólo estábamos malgastando energía para no avanzar, decidimos parar para ver si paraba.
Cuando parecía que paraba y nos encaminábamos para emprender de nuevo la marcha, nuevas ráfagas soplaban, echando por tierra nuestras intentonas de continuar. Como no parecía amainar, decidimos para las 14:00, poner las tiendas y esperar al día siguiente.
La mañana siguiente se levantó ventosa nuevamente, que por una parte nos vino hasta bien, ya que decidimos que fuera el sol quien nos despertara. Imposibilitados por el viento, decidimos tomarnos ese día de medio relax, con lo que aprovechamos para hacer un poco la colada y dejar que el viento secara la ropa y lavar un poco mas a conciencia los utensilios de cocina.
A medio día amainó un poco el viento, con lo que remamos la mitad del día. Por una parte hasta vino bien este pequeño descanso para que nuestros músculos se relajaran un poco y poder afrontar mas frescos las nuevas jornadas.
Con la parada del viento, los rayos de sol azotaban de nuevo duramente sobre nuestros cuerpos. Muchas veces, cuando nos encontramos con estas playas y este sol, parece que estemos en el caribe de vacaciones y que en algún momento vayan a aparecer unos camareros a traernos los mojitos con una sombrillita de decoración  y un coco con una pajita para refrescarnos.


En algunas zonas y según la hora que sea, la arena adquiere unas tonalidades y unas texturas alucinantes. La verdad es que no hemos vuelto a ver en unos 10 días ningún barco turístico y sinceramente aquí están las mejores playas de todo el Mekong, donde sin duda alguna una paradita en estas, harían las delicias de cualquier turista del Mekong. Pero por el momento, parece ser que somos unos afortunados, siendo los únicos en aprovecharnos de estos vellos rincones que el río nos ofrece.


Por esta zona, vemos numerosos barcos extrayendo arena del fondo del río, para usarlo en la construcción, creemos nosotros. El caso es que estos barcos están anclados al fondo para que la corriente no los menee, con varios cables de acero enganchados desde las cuatro esquinas del barco. Normalmente, pasamos bastante cerca de estos barcos, ya que están cerca de la orilla y es por esta por donde solemos ir para aprovechar al máximo la corriente.
Uno de los días, cuando pasé por al lado de uno de estos barcos, tras esquivar la cuerda y saludar al capitán, escuché a este gritarme. Normalmente, cuando les saludas, te saludan y luego te vuelven y te vuelven y te vuelven a saludar. A este no le hice caso de nuevo y seguí remando sin girarme. Nuevamente me gritó, pero con más energía. Decidí saludarle de nuevo ya que tanto entusiasmo se merecía otro saludo. Me giré para saludarle y este no me saludaba, sino que me señalaba a Martino. Le dije que ya sabía que detrás de mí venía otra piragua, pues era mi amigo. Pero noté algo raro y me giré del todo para ver mejor al italiano y de pronto vi que su “piragua explosiva” (en la siguiente entrada explico el porqué de esto), estaba VOLCADA!!
No me lo podía creer! Que coño habría hecho este para volcar en unas aguas mas calmadas que la manga del mar menor! El caso es que me puse a remar como un loco para atrás y veo que asoma la cabeza por detrás de la piragua y riéndose. Bueno por lo menos no era nada grave! El caso es que se había arrimado tanto al barco, que no le dio tiempo a esquivar el uno de los cables, con lo que la piragua se elevó sobre este haciendo que volcara y con ello Martino al agua!


Lo bueno que tiene navegar junto a Martino, es que es como Donceles, si algo tiene que pasar, le va a pasar a él fijo, con lo que estoy bastante protegido con su compañía!
Nuevamente tenía el pasaporte, dinero, saco de dormir, tienda, ropa,… inundado y perdió las botellas de agua que utilizamos para pillar agua no potable para cocinar. Pero bueno, ahora que estamos en zona poblada, no es mayor problema y por lo menos me ha dado algo que contar en el blog!
Ya era bastante tarde, con lo que tras retirar todo el agua de su piragua y de las alforjas, ya no teníamos mas tiempo para remar y nos pusimos a buscar un lugar donde acampar. Ninguna playita se divisaba en el horizonte y ambas orillas tenían una pendiente muy pronunciada, con lo que la acampada se veía difícil. Cuando pensábamos que tendríamos que remar de noche, ya que en muchos kilómetros no parecía que la cosa mejoraba, en lo alto de una de las pendientes de la orilla de Laos, vimos que había un templo.
Paramos para subir a pedir hospedaje y alucinamos con el encanto de aquel pueblo. Desde el río, solo se veían árboles y el templo, pero una vez subido el pequeño acantilado de arena, un increíble pueblo con mucho movimiento nos dio la bienvenida. Numerosos niños salieron a nuestro encuentro y entre risas y sustos que les daba, conseguí que se acercaran para enseñarles las fotos. Avanzábamos por la calle principal del pueblo, cuan flautista de Amelín, pero seguidos por niños  y los últimos rayos del ocaso, que le daban un toque anaranjado a aquella estampa.
Una vez sido aceptados por la comunidad de monjes, volvimos a la playa, para coger las piraguas y remar hasta el punto de acceso al templo, pues quedaba a unos 100m más delante de donde desembarcamos.


Tratando de subir con todas las alforjas por las estrechas y casi invisibles escaleras que subían por el acantilado hasta el templo, Martino, se tropieza, soltando las alforjas de la mano! Oigo un ruido, me giro y veo como las dos alforjas de Martino bajan rodando como las bolas de nieve de los dibujos animados por una pendiente, hasta que nuevamente, terminan flotando en el agua.
Nueva Doncelada del italiano, que provocó una carcajada generalizada de la comunidad de monjes. Me resultó muy curioso ver a aquellos monjes, de avanzada edad y con ese talante de seriedad y paz interior, verles reírse tan enérgicamente.
Esta vez, el dinero del bote, que lo llevaba él, terminó individualmente distribuido por el templo para que se pudiera secar. Bajo la atenta mirada de los niños, que no entendían muy bien que estaba haciendo con el dinero, me quedé en el templo esperando a que se secara, mientras Martino buscaba algún sitio donde cenar algo, para no tener que hacer fuego y cocinar por este día.


martes, 9 de noviembre de 2010

42 En busca del agua


Ya llevábamos 6 días de paleo, sin encontrar ningún pueblo, donde poder aprovisionarnos de comida. Teníamos pensado llegar a Vientiane, la actual capital de Laos, en 7 días, pero todavía nos quedaban unos 150Km, con lo que la comida estaba en las últimas y el agua a puntito de terminar. Podríais pensar que con hervir el agua del río, ya es suficiente como para beberlo y despreocuparnos por el tema del agua. Pero el caso es, que el agua del Mekong tiene tanta cantidad de bacterias y pequeños bichos microscópicos, de esos que te hacen licuar las heces y retirar la comida ingerida del cuerpo por la boca, que para que sea medianamente potable, habría que hervirla tres veces, con un tiempo de reposo entre medio. De modo que esto no sería viable, tanto por el tiempo, como por la escasez de madera seca como para hervir tantas veces el agua.
Cuando encontramos algún riachuelo que desemboca en el Mekong, esa agua, si que la llevamos con nosotros en dos botellas que tenemos separadas para estas ocasiones y así poder cocinar, sin necesidad de gastar del agua potable. Esta agua, con hervirla una vez, ya es suficiente.
Para colmo, también llevamos unos cuantos días en aguas muy calmadas, con lo que el avance se hace muy duro y costoso y la monotonía empieza a acusarnos. Pero aún así, esto merece la pena, tan sólo por los rincones que nos vamos encontrando y por la sensación de paz, tranquilidad y soledad que emana esta despoblada área.


Sobre el medio día, nos empezamos a encontrar bastante tránsito de pequeños botes y varias casitas a orillas del río. Esto quería decir, que estábamos en la zona fronteriza con Tailandia, donde a escasos metros del río, discurre una carretera. Al de un rato, divisamos a lo lejos, lo que parecía, una ciudad!
Efectivamente, se trataba de un pueblo bastante grande, donde podríamos comprar comida e incluso alojarnos y rellenar el bidón de agua potable. Dicho y hecho, nos apeamos en un pequeño embarcadero y tremendamente contentos nos dirigimos a hacer compritas.
Parece mentira, cuando no tienes prácticamente nada, lo poco que hace falta para ponerte contento, con agua y un poco de noodels, somos los más felices del río!


Aprovechando que estábamos en Tailandia, nos comimos unos fabulosos Pad Thai, que entran de lo lindo. No teníamos ni idea de donde estábamos y para no levantar sospechas, pues no tenemos visado de Tailandia y no meternos en líos, no preguntamos donde nos encontrábamos. Los dueños de un local, que se encontraba a orillas del río, nos vieron salir del agua con las piraguas. Les encantó escuchar nuestra historia y les debimos caer tan bien, que allí mismo nos rellenaron el bidón con agua potable y dos botellas mas con agua del grifo para cocinar. Nos aprovisionamos un poco mas para afrontar los siguientes días y de nuevo al río, que ahora bien servidos y con el estómago lleno, se veía mas lindo si cabe.


Unas pocas horas mas encima de la piragua y de nuevo acampamos en una playita espectacular y afortunadamente, con algo de madera seca. Era solo un trozo de isla en medio del río, con tan solo arena y algunos juncos. Pero se conoce que alguna crecida del río había dejado hacía tiempo una enorme caña de bambú, que casi toda ella estaba prácticamente seca. Menos mal que era enormemente grande el bambú y así pudimos hacer el suficiente fuego como para cocinar y disfrutar de la tarde y la noche al calorcito de las brasas.


La faena fue, que al calorcito, también se acercaron una infinidad de insectos, que atraídos por el calor, se dirigían al fuego y se chamuscaban, creando un aroma a churrasco inaguantable. Pero lo peor de todo es que en el momento de abrir el bonito y hacer un refrito, todos esos bichos, se metieron en la cazuela. Menudo asco comerse la pasta con aquellos bichos, que por cierto eran bastante gorditos y sabían a rayos! Pero cuando sólo tienes esa comida fuerte, después de una dura jornada de 8 horas de incesante paleo, uno se come lo que haga falta!
A la mañana siguiente, sobre las 7:15, por fin vimos el primer barco grande remontando el río. Iba sin turistas, pero nos hizo mucha ilu, ver por fin un barco, que incluso creemos que era el mismo que en una ocasión nos adelantó, llegando a Luangprabang.


Este día se nos hizo muy duro. Tanto tiempo piragueando sin descansar ni un día, parecía que nos estaba pasando factura. Por lo menos ya estamos en una zona poblada, donde cada cierto tiempo, nos encontramos con pueblecitos. De echo, al día siguiente, decidimos parar en la parte de Tailandia para alojarnos y descansar un día y por fin dormir en una camita!!!
El caso es que este día, vagueamos un poco y en vez de parar a las 4 y media, paramos sobre las 15:45, en una islita alucinante. Esta isla ha sido para ambos el mejor sitio en el que hemos estado hasta ahora, sin duda alguna y mira si hemos estado en sitios preciosos.
Pero es que esta isla, lo tenía todo. Una perfecta zona para llegar con las piraguas tranquilamente y atracar sobre la arena sin problemas. Una zona de aguas tranquilas, separada de la corriente por unas rocas, donde me pegué un baño excelente, aprovechando que el sol calentaba demasiado. La zona de acampada, estaba en una zona elevada, lejos de la humedad del río y con unas vistas alucinantes y una arena que parecía que estábamos en un campo de golf (en la zona de arena que no se como se llama!). Y para colmo, era la delicia de cualquier superviviente, pues había madera seca como para hacer fuego durante un año! Para colmo, la noche nos la amenizaba el susurro de la corriente que a escasos metros llevaba algo mas de fuerza y resultó ser como una nana para nuestros oídos antes de dormir.


Pero lo mas acojonante de todo fue el amanecer. Hasta ahora siempre hemos dormido en la orilla izquierda del río, que es la que queda iluminada mas tiempo por los últimos rayos de sol. Pero en esta ocasión, el río discurría de oeste a este, con lo que pudimos ver como siempre el atardecer, pero además nos sorprendió el amanecer!


Acojonante!!



41 Salvando una vida!


Un nuevo día de sol nos esperaba por delante. Esta vez, ya desde bien temprano por la mañana pegaba fuerte. Las aguas tranquilas hacen que sudemos mas de lo normal, ya que el esfuerzo que se requiere para avanzar es mayor.
Todo estaba yendo muy tranquilito, como siempre, estupendas vistas, vegetación increíble, playitas estupendas donde parar a repostar,…


Pero de repente, en una zona donde el agua llevaba un poco mas de fuerza, vimos un palo. Ya pensareis, pues valla novedad! Pero es que este palo, se meneaba en sentido perpendicular a la corriente! Martino, que estaba un poco mas cerca, exclamó: Una serpiente! En ese momento me cagué, porque menuda cabeza que tendría aquella serpiente!
Luego rectificó, y dijo que era un animal! Cuando lo pude ver mejor, parecía una especie de ardilla, pero mas grande. Era como una cría de nutria, pero mas parecida a un hurón, una marta, … bueno dejémoslo en un bicho, cuadrúpedo con cola! El pobre, no sé cuanto tiempo llevaría nadando y en esa zona de corrientes! Estaba metido como en una especie de remolino, pequeño, pero para el, enorme y no podía salir de allí. Intenté desplazarlo del remolino con la piragua, pero imposible. En una de estas se metió entero dentro del remolino y al sacar la cabeza, pude ver la cara de angustia y cómo sacaba agua por la boca!
Me entró una angustia indescriptible, ver cómo estaba sufriendo aquel animal. Algo tenía que hacer, pero estaba en una zona de corrientes, con lo que era difícil mantenerme quieto cerca del bicho. Pero en un momento, pude acercar el remo hasta él y sacarlo del agua con la pala. Conseguí que el bicho se quedara zafado en la pala. En la pala el pobre no paraba de jadear y en un par de ocasiones vomitar agua. Qué pasada sentir el aliento de vida de aquel bicho! Cómo respiraba hondamente para inhalar aire! Un rato lo mantuve en la pala, pero se acercaban unos pequeños remolinos. De modo que lo acerqué a la zona de adelante, donde están las alforjas. Al acercarlo, hizo un gesto como de defensa, abriendo la boca y emitiendo un sonido. No le gustaba el tema, pero tenía que dejarlo allí para poder salir de la corriente, sino, nos iríamos los dos al agua!
Cuando se subió a la piragua, no mantuvo bien el equilibrio y se calló de nuevo al agua! La corriente aquí era mas fuerte todavía, pero ya tenía pillada la técnica y el bicho en cuanto vio la pala, se agarró a ella y se colocó correctamente. Esta vez, traté de llevarlo a la parte trasera, detrás de mí, donde tengo el bidón de 20L de agua. Había comprendido, que si no se quedaba en la piragua, iría de nuevo al agua, con lo que formal se quedó agazapado en la popa.
Se conoce que los rastas le parecieron una especie de lianas, con lo que empezó a dirigirse hacia mi. Yo le decía que se quedara quieto, mientras le aproximaba a la orilla mas cercana, a unos 200m, pero no me hizo ni caso y empezó a trepar por mis rastas. Sus garras, me molestaban un poco y me arañaban la espalda, e incluso pensaba que igual hasta me estaba mordiendo. Martino me decía que no me estaba mordiendo, que estaba enganchado a mi pelo y al gorro. De modo, que cuan loro sobre el hombro de un pirata, yo surcaba las aguas del Mekong con un “Bicho” sobre mi cabeza!
Qué pena no haber podido sacar una foto del bicho sobre la pala o sobre mi cabeza, pues la estampa era muy graciosa, a la par que bonita. Cuando ya estaba cerca de la orilla, saltó al agua para dirigirse a nado a la playa. Cuando intentó andar sobre la arena, el pobre no podía ni dar un paso de lo fatigado que estaba. Como pudo se cobijó en unas ramas secas y allí se quedó tiritando y jadeando. Le dejamos un poco de pan y jamón, pero ni lo probó. Para no asustarle y fatigarle mas por el miedo, nos apartamos un poco y aprovechamos para tomar los bocatas y descansar.
Antes de marcharnos, me acerqué a comprobar cómo estaba el bicho y por lo menos, ya no jadeaba, sólo tiritaba. Le ofrecí que se viniera con nosotros, pues me haría mucha ilusión y le desee que se mejorara.


Emprendimos la marcha, con una gratificante sensación de haber podido ayudar a aquel indefenso animal en apuros, que seguramente, sin nuestra ayuda, hubiera sido una víctima mas del río.
Unas horas mas adelante, encontramos un pequeño poblado, donde en sus orillas, flotaba una casa que hacía las veces de tienda! Allí, decidimos parar para beber y comer algo, además de descansar un poquito flotando en aquel peculiar hogar-tienda.


Increíbles rincones nos encontramos por el camino y preciosas playas donde acampar, pero todavía no era la hora, aún nos quedaban un par de horas de paleo mas, con lo que para adelante, aprovechando al máximo las horas de luz!


Por suerte, un poco mas adelante, encontramos otro buen sitio donde acampar. En este sitio, incluso si hubiéramos tenido una pelota, hubiéramos echado unos toques, ya que la explanada de esta playa era magnífica.


Un poco mas complicado estuvo lo de encontrar leña seca, pero tras un rato buscando, se consiguió la suficiente como para hervir el agua para la pasta y hacer un sofrito, rico rico y con fundamento!


De todo el calor que había hecho aquel día, la noche, fue bastante fresca y la bruma con la que amanecimos era increíblemente densa. Incluso tuvimos que esperar un poco a que se disipara semejante niebla para poder empezar, ya que no veíamos a mas de 5m y no saber lo que tienes delante, en este río, no es nada aconsejable.


A partir de este día, nos hemos ido encontrando varias veces, unas zonas en las que el río se ensancha tanto y con tantas rocas e islotes en medio, que no sabemos muy bien por donde ir. Hasta el momento, hemos tenido suerte y nunca nos hemos tenido que dar la vuelta por que la ruta elegida no tuviera salida, o entráramos en zona de rápidos,… con lo que crucemos los dedos y esperemos que siga así!
Sin mas novedad que cualquier otro día, llegó la hora de acampar. Esta vez, lo hicimos en un pequeño islote en medio del río, donde sólo había arena y alguna hierba, con lo que tuvimos que echar mano del gas! Otro increíble atardecer se despidió del día para dar paso a la vía láctea, que tan bien se aprecia en estas noches.