Nos despertamos prontito, por la mañana, para llevar todas las cosas desde la guest house hasta el río, en varios viajes. Una vez infladas las piraguas, nos dirigimos al mercado, que está a unos 2Km, andando, para comprar las últimas provisiones, que se nos habían olvidado.
No encontramos lo que buscábamos, algo de carne desecada, tipo salchichón, pero nos llevamos un kilito de setas, para darnos un caprichito con el queso, camembert de “President”, que nos habíamos comprado.
Después de hacer las compritas, desayunamos un poco y nos llevamos un bocata preparado para el camino y así no gastar ese primer día, de las provisiones. Al final, nos metimos al agua un poco antes de lo previsto, a pesar de haber tenido que hacer varias cosas. Para las 10:30, ya estábamos paleando.
Este primer día, no íbamos a hacer muchos kilómetros. Ya lo habíamos previsto, pues a la mañana tendríamos muchas cosas que hacer. Pero el caso es, que cuando llegó la hora de buscar un sitio para poner la tienda, al encender el GPS, sorprendentemente, vimos que habíamos avanzado bastante. Quizás nos vino muy bien el descanso y los brazos empujaron mas fuerte de lo normal, o la corriente era mayor de lo que creíamos.
Preocupados por el tema de la escasez de gas para cocinar, decidimos tratar de hacer fuego. Esto no es tarea fácil, ya que al estar siempre alojados en las playitas o recovecos a orillas del río, toda la madera está bastante humedecida. Pero casualmente en el sitio donde paramos, había algo de madera bastante seca. Incluso encontré algo de yesca, para empezar el fuego. El único problema era la ausencia de papel para encender el fuego. Como no habíamos contado con ello, no nos aprovisionamos de papel o periódico.
Pero afortunadamente, llevo conmigo la guía, “Loonley Planet”, de Vietnam, Camboya, Laos and the Greater Mekong, que tanto uso le he dado en estos años. De modo que, a partir de ahora, se ha convertido en la guía mas útil del mundo, ya que debido a su abundante parafernalia y paja que meten al principio, tenemos suficiente papel como para hacer fuego durante un año!
Ya no teníamos que ahorrar gas, con lo que esa noche Martino se curró unos espaguetis con salsa de setas y queso de cabra fundido, que te cagas!! Con la tripa llena y el calorcito del fuego, a las noches nos quedamos un ratito mas de lo acostumbrado, cerca de las brasas, contemplando el firmamento.
Justo antes de montarnos en las piraguas, una multitud de gente, que venía en un bote por el río, se apeó en nuestro campamento base y se entretuvieron un rato toqueteando las piraguas y viendo la comida que llevamos. Ante la atenta mirada de aquellos curiosos espectadores, sobre las 7:00 de la mañana emprendimos una nueva jornada.
Por esta zona, parece ser que no pasan botes cargados con turistas, ya que la gente es un poco mas cerrada. Les cuesta mucho saludar, aunque podría ser que se queden atónitos, viendo a dos personajes, “guiris”, en unos peculiares botes navegando por esas aguas.
En los siete días que llevamos navegando por esta zona, la verdad es que no hemos visto ningún bote o barco turístico, y eso que pensábamos que hay barcos que te llevan por todo el Mekong. Quizás no sean muchos los que hagan esto o puede ser que nos lo hayamos inventado, pero el caso es que por esta agua, ni barcos con turistas, ni prácticamente cargueros. Por no haber, no hay casi ni movimiento de locales, tan solo vemos cómo recorren algunos botes, pequeñas distancias, llevando gente o pequeñas cargas y algún pescador que otro.
Afortunadamente, a medio día, sobre las 13:30, llegamos a una especie de embarcadero, que transporta coches y camiones de una orilla a la otra. Antes de llegar al agua, en la rampa de acceso al transbordador, vimos que habían una especie de puestos de comida. De modo que sin tener que consumir de nuestras provisiones, nos tomamos un arroz con una especie de tortilla francesa, impregnada en aceite. Tras este improvisado repostaje, continuamos nuestra marcha bajo el incandescente sol.
A partir de Luangprabang, ya hemos entrado plenamente en la estación seca. No vemos ni una sola nube en todo el día y Lorenzo calienta de lo lindo. Podríais pensar que, qué maravilla, con solcito, calorcito y sobre el agua! Pero la tonalidad marrón que lleva el río, sinceramente no propicia ningún baño. A demás, dicen, que no debe de ser muy recomendable bañarse en esta agua por las bacterias y amebas que lleva. La gente local si que es inmune, pero nosotros,… poco a poco nos iremos haciendo!
Nuevamente, avisados por la caída del sol, comenzamos a buscar un sitio adecuado para acampar y ahora a poder ser, con suficiente madera seca para encender un fuego.
Conseguí la suficiente leña como para hacer un fuego y que el chef Martino, preparar una buena cazuela de pasta con cebollita, pimiento y un poco de bonito. Con el estómago bien lleno, sobre las 19:00, a la tienda de campaña, a reposar los brazos y la espalda, lo mejor que se pueda, ya que dormir en el suelo tras una dura jornada de paleo, no es lo mas aconsejable!
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