lunes, 8 de noviembre de 2010

39 Habitación oscura


Nuevo record de madrugada! Esta vez para las 5:20 ya estábamos arriba. Todavía de noche, preparamos la suculenta avena que tantas fuerzas nos proporciona, o que por lo menos hace que sintamos un llenazo estomacal.


No tiene muy buena pinta, pero con el azúcar y un poco de manzana, está, incluso podría decir que, bastante bueno.
Todavía, mientras desayunamos, es bastante de noche, pero para cuando hemos terminado de comer la avena y empezamos a recoger el campamento, los primeros rayos, nos permiten empezar la jornada.


Este día lo comenzamos extremadamente pronto, para las 7:00, porque queríamos llegar hasta Luangprabang, con lo que necesitaríamos todas las horas de luz. Este día dejé el GPS conectado durante toda la jornada, para saber mas o menos que velocidad media llevamos y para hacernos una idea mas aproximada de cuantos kilómetros podemos llegar a hacer al día.
Mas o menos, durante todo el día tuvimos bastante buena corriente, que nos ayudaba a avanzar bastante rápido. También tuvimos un par de momentos de aguas un tanto fuertes, de corrientes que vienen en direcciones opuestas y que no nos gusta nada. Pero ya no notamos esa tensión, que al principio teníamos y sobre todo causada por el susto del primer día.
Al principio de nuestra incursión como piragüistas, era como entrar en una habitación a oscuras. No ves nada, no tienes información. El primer día y después del susto, en esa habitación ya se empezaban a intuir algunas sombras. Sobre todo en el aspecto de remolinos era donde empezábamos a intuir algunas luces en la habitación, ya que es lo que mas atención poníamos.
Pronto, con el paso de los días, esa habitación ya está bastante iluminada, claro está que no somos profesionales del tema, con lo que todavía no tiene una perfecta iluminación, pero camino lleva. Ahora ya sabemos cuando va a venir una zona de aguas rápidas, o una zona de corrientes cruzadas, o cuando nos va a tocar palear durante largo rato.
Sabemos también leer un poco mejor el río, por donde tomar las curvas, intuyendo por donde va la corriente favorable o la mas fuerte, para no malgastar energías,… Bueno el caso es que, cada vez vamos mejor, mas tranquilos y mas rápidos en el río.
Un ejemplo de cuando vana venir tramos de aguas con corrientes cruzadas, remolinos y algún rápido que otro:


Cuando vemos esas rocas de color grisáceo marrón a orillas del río, sabemos que viene este tipo de tramo y la confirmación viene dada por la presencia de mas rocas de estas dentro del río.
Sobre las 15:00, llegamos a la última curva larga que marcaba el GPS. Entramos en una zona muy bonita, donde a orillas del río se elevan unos acantilados preciosos de roca caliza, muchos de ellos, con cuevas en su interior.


A pesar de estar en la última curva antes de Luangprabang, esta era muy larga, de unos 15 kilómetros y luego nos esperaba una recta de unos 5Km mas. La faena era que las aguas ya comienzan a ser muy tranquilas y el río se vuelve anchísimo. Esto quiere decir que el paleo es mas duro, que vamos mas lento y que las curvas son interminables.


A alguien le suena este sitio? Efectivamente, aquí estuve con Eneko, en aquel templo que se encontraba en un acantilado a orillas del río, metido en una cueva, cerca de Luangprabang!
Esta última parte resultó ser muy dura. Llevábamos desde primera hora de la mañana y prácticamente sin descansar para poder aprovechar todo el día remando. A demás esta parte no estábamos siendo afortunados en cuanto a empuje de la corriente se refiere, con lo que el desgaste se notaba considerablemente.
A las 16:40, comenzamos a hacer gestos a los botes que pasaban con los turista para que nos remolcaran lanzándoles la cuerda. Pero normalmente, o estaban muy lejos para que nos oyeran o para cuando les veíamos era demasiado tarde.
Por suerte un pequeño bote que venía del templo con unos turistas y que les llevaba de nuevo a Luangpraban, pasó cerca de nosotros. Les llamamos y le hicimos señales al conductor de lanzarle la cuerda para que nos remolcara, pero hizo caso omiso. Se conoce que la familia de franchutes le convenció al capitán para que nos remolcara, porque al de poco dio la vuelta y se acercó a nosotros.
Esto fue la salvación de un día que podría haber sido mucho mas duro, pues aún y enganchados al bote, llegamos de noche al pueblo!


Una copita de vino que nos ofrecieron hizo que a Martino se le olvidaran todas las penas del día. La estampa de Martino bebiendo vino, en una copita elegante, mientras se sujetaba al bote y siendo remolcados por este, ante el espectacular atardecer sobre el Mekong y dirigiéndonos a Luangprabang, es una de las mas graciosas de este viaje!


Pero lo mas duro del día estaba aún por llegar. Yo tenía que llevarme conmigo la piragua para poder repararla en la guest house. El alojamiento, ya lo conocía de antes y estaba bien de precio, con lo que decidimos ir allí. El problema era que se encontraba bastante lejos de donde desembarcamos. De modo que tuvimos que hacer un primer viaje para llevar las alforjas y la comida. Regresar para llevar las dos piraguas, junto con el agua, de una tacada. Pero en la primera intentona, nos dimos cuenta de que sería imposible por el peso de estas.
Esto supuso, hacer un viaje por todo Luangprabang primero con mi piragua y regresar para hacer lo mismo con la suya.


Con la reventada que teníamos, no os podéis hacer una idea de lo que nos supuso este trajín de vete y vuelve con las piraguas. De hecho hoy a la mañana hemos estado los dos con un dolor de cabeza y cuello que no se nos ha pasado hasta bien entrada la tarde.
No quiero pensar mañana cómo va a ser de nuevo este trajín y encima con mas peso aún ya que hemos comprado mas comida y recargado el agua!
Por lo menos nos hemos ganado unas buenas comidas y desayunos en la antigua capital de Laos!

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