Para no llegar muy tarde a nuestro siguiente destino, Cao Lanh, esta vez pusimos el despertador a las 6:00 am, que resultaron ser las 6:40 (poco a poco). Esta etapa, lo mas destacado han sido los barcos. Como estamos en el delta, hay numerosos canales y desviaciones del Mekong, con lo que para pasar de un lado al otro hemos tenido que tomar unos cuantos trasbordadores.
Por esta zona parece ser que no pasan muchos guiris porque cada vez que pillamos uno se quedan todos asombrados. Con Eneko flipan por la camiseta de piel que lleva ( la foto os lo aclarará mas adelante) y con Mantu por ser rubio y a todos les flipan los rastas.
En esta etapa otro monzón nos acompañó hasta llegar al siguiente alojamiento. Pero da la casualidad que no fue Cao Lanh, sino Sa Dec, porque en alguna de las desviaciones nos debimos equivocar o tomamos algún trasbordador que no debíamos. Nos dejamos un poco mas de la pasta esperada en alojarnos pero todo sea por la ducha y la cama.
El pueblo era lo suficientemente grande como para que hubiera una mini tienda de accesorios de moto y bicis, donde afortunadamente vimos que había un botellín de bici (1$)! Porque no lo habíamos contado todavía, pero Eneko no tenía botellín, se lo dejó en Barna o en la bolsa donde traía todas las alforjas, que la abandonamos en Ho Chi Minh.
Unos noodels, recopilar provisiones para la etapa siguiente, unos refrescos del país (Number 1, con Taurina) y para la cama.
Todavía no conseguimos levantar a la hora deseada (6:00 am), pero camino llevamos, esta vez creo que fueron las 6:50!
La etapa un poco mas de lo mismo, canales y trasbordadores, gente que flipa con nosotros y sobre todo con la cami de Eneko, y como no podía fallarnos el monzón. Pero esta vez se aburrió de nosotros y no nos acompañó a destino.
Las piernas ya se han debido adaptar al peso de las bicis porque para las 14:00 ya estábamos en el supuesto destino. De modo que como había fuerzas y al día siguiente tocaba pasar la frontera a Camboya, con el consiguiente papeleo y retraso que eso supone, decidimos tirar un poco mas, no sin antes reponer un poco a base de Nolde soup y quedarnos embobados viendo la tele.
Afortunadamente el pueblo al que llegamos, Tan Chau, tenía un par de hotelitos, con lo que triunfamos, porque ya pensábamos que tocaba mendigar alojamiento. Para nuestra sorpresa teníamos wifi sin clave y tele así que aprovechamos para mandar algún mail y ver Lobezno en inglés y con subtítulos en vietnamita, pero que bien que entró.
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