Esta etapa se suponía complicada, no ciclísticamente hablando sino burocráticamente, pues tocaba pasar a Camboya con su correspondiente proceso de visado. Tan solo teníamos unos 20Km a la frontera y luego 61Km hasta el siguiente supuesto alojamiento en Neak Luong.
Todo iba bastante bien, con carreteras ya mas tranquilitas, viendo cultivos de arroz y cómo lo extendían a orillas de la carretera para secarlo, reduciendo esta a un estrecho paso, donde había que lidiar con los motoristas, carritos y camiones para ver quien pasaba primero. No tardó mucho en llegar el primer contratiempo de la etapa. A Eneko se le petó su botellín nuevo (1$ a la basura). Esto implica volver a utilizar el botellín de Mantu para compartirlo. Esto paree que es una tonteríaa pero para no parar cada vez que uno tenga sed, hay que pasarse el botellín en marcha, poniéndonos a la par, por una carretera estrecha donde hay que vigilar el arroz secándose, los motoristas, carros, autos, mas bicis e incluso camiones y que encima van por el lado que les da la gana. Lo cual hace que beber agua (para Eneko) sea un poco complicado.
Después de pedalear un rato cagándonos en todo, se nos ocurrió preguntar para confirmar que vamos por buen camino. Pues bueno, lo que confirmamos tras tratar de hacernos entender un buen rato con unos Vietnamitas, fue que íbamos de culo! Desde el principio nos habíamos equivocado, y el río que teníamos a nuestra derecha no era el Mekong, sino un canal que tiraba para el este en vez de para el norte! Total que a desandar lo andado para tomar el buen camino (30Km tirados a la basura como el botellín de Eneko!!). Pero siempre sin perder la ilusión ni la sonrisa de nuestras caras.
Cuando vamos hacia su destino, con un calor del copón, el agua que sabe a chis y las piernas cansaditas, los saludos y sonrisas de la gente que se sorprende al vernos, te dan una inyección de ilusión y ánimos. Pero cuando vuelves por el mismo sitio después de haberte equivocado, los saluditos y sobre todo risitas y dedos que te señalan más efusivamente, te sientan como el culo (que por cierto ya empieza a estar bastante resentido!).
Pero esto no era mas que el principio, porque después de dar la vuelta y tomar el trasbordador para cruzar el canal y situarnos en la buena ruta para comenzar de nuevo la etapa, zas! Tercera preparada en 3h de viaje y estando de nuevo en el pueblo desde donde habíamos salido. A Eneko se le reventó la rueda trasera al subir al barco.
Afortunadamente al otro lado había un pequeño puesto con refrescos y a la sombra donde poder reparar el pinchazo “tranquilamente” mientras tomamos algo.
El careto de raspao de Eneko tiene su razón. Reparar el pinchazo lleva su proceso. Arrastra la bici hasta el lugar de trabajo, quita los pulpos que amarran los diferentes bultos sobre la parrilla, retira las alforjas delanteras y traseras, busca las herramientas, desmonta la rueda,… con un calor alucinante después de haber hecho 30Km para nada y haber roto el botellín. Y a todo esto súmale el corro de espectadores Vietnamitas, que poco a poco van llegando y comentando la jugada, hasta que el círculo ya se hace insoportable.
Como niños que somos no hay nada como unos “SUGUS” a tiempo para devolvernos la sonrisa!
Una vez recuperada la sonrisa, pedaleamos 13Km hasta llegar a la frontera de Vietnam para que nos sellasen el pasaporte y poder pasar a la de Camboya. El puesto fronterizo está literalmente en el río Mekong. Debido a una serie de contradicciones entre nuestra guía y el mapa o mal interpretaciones nuestras, pensábamos que había que cruzar al otro lado del Mekong para tramitar el visado de Camboya. Por ello tomamos un barco que un tipo nos decía que teníamos que pillar para hacer la tramitación y que nos salía 6$. Nos parecía una sablada esa pasta por cruzar el río, pero como no teníamos otra alternativa y no le entendíamos muy bien, pues a pagar y a desmontar todo el tinglado para meter todo en el barco.
Sorprendentemente hicimos el visado a toda leche. Compartíamos barco con mas guiris que ya tenían todo tramitado, pero a nosotros nos faltaba el visado así que el tipo del barco nos sacó fuera del puesto fronterizo para llevarnos a una chabola. Allí nos aparece un tipo sin camiseta y una mesa de madera que nos pide los pasaportes, los pilla los mira, nos felicita por el mundial, nos pega el visado en el pasaporte lo sella y nos pide 22$. La verdad es que sin pensarlo mucho le pagamos, el de la barca nos lleva al puesto otra vez, nos miran los pasaportes, los sellan y de nuevo nos felicitan por el mundial y para el barco. Los antecedentes que teníamos de la frontera con Camboya eran mucho peores en cuanto al la distensión del proceso burocrático. Así que para futuras fronteras preferimos chabolas y oficiales sin camiseta!
Se suponía que donde hacíamos el visado era donde seguiríamos con las bicis, pero tras ver al cabo de una media hora que seguíamos en el le preguntamos al capitán a ver donde nos llevaba. Nos dijo nos relajáramos, que teníamos 3h hasta Neak Luong, lugar donde queríamos acabar la etapa. Total que la sablada de 6$ ya tenía mas sentido y no resultaba ser tan caro. A demás con el fatídico comienzo de etapa que habíamos tenido aceptamos de buen gusto que nos llevaran de rute por el Mekong hasta nuestro destino (culo y piernas también dieron las gracias).
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