jueves, 12 de agosto de 2010

13 Kaixo catalina pequena

Por lo menos no amaneció lloviendo, lo cual ya era bastante después de la que cayó el día anterior. Nos dirigíamos a la capital de Laos, Vientiane. Nos separaban 154Km y la intención era hacerlo en dos etapas en plan tranki. La palabra tranki no entra en nuestro vocabulario, cosa que a escasos 27Km de llegar a la capi, nos hizo “arrepentirnos”. Al final las ansias de comer comida occidental nos ayudaron a finalizar la etapa dignamente y para la hora de comer.
En principio nos íbamos a quedar 2 noches en la capi para que Mantu pidiera información sobre la burocracia de bajar el Mekong, en la Mekong River Comision. Grandioso edificio, por cierto, pero ahí se queda, porque no supieron facilitar ningún tipo de información (ni burocrática, ni mapas, ni localización de cascadas, rápidos o saltos de agua,…). Decimos en principio, porque al final fueron 4 noches ya que la visita al restaurante Hindú (Nazin), a Mantu le pasó factura en forma de gastroenteritis.
No nos preocupó bastante, y mucho menos a Eneko quien se podía poner morao a buena comida, mientras Mantu se deleitaba con exquisitos yogures. Una retahíla de timbas hizo mas amena la gastroenteritis, eso si, siempre las partidas a pocos metros de un trono, somos los reyes del “chinchón”.

Gracias a que nos quedamos un par de días mas, encontramos una tienda de bicis, regentada por un franchute, que nos puso las bicis a punto y nos las dejó peritas. Además nos dio unos muy buenos consejos para pedalear, que trataremos de seguir a rajatabla.
Por cierto, fieles a nuestra promesa, no nos comimos una pizza, SINO DOS!!, porque nos encontramos una pizzería con horno de leña que te cagas de lo buenas que estaban.
Con una lágrima en el ojo, sobre todo Eneko, despedimos Vientiane y a su pizzería, para dirigirnos al lago Nang Nung. En principio la etapa se presentaba normalita, de 100Km y sin aparentes subidas. Pero para nuestra sorpresa y mas para la de Mantu que pedaleaba a yogures, la etapa nos brindó una bonita cuesta. Por fin pusimos la catalina pequeña!! Los kilómetros tardan mas en realizarse, pero el paisaje lo compensa, pues dejamos ya atrás esa monótona estampa que nos acompañaba en la llanura.

La última subida de todas, a escasos metros de llegar a destino, fue matadora pero la recompensa del entorno al que nos dirigíamos mitigó tal sufrimiento.

Celebramos la bienvenida de las pendientes permitiéndonos el capricho de alojarnos en un Resort, con increíbles vistas al lago desde el bungalow, baño guapo, terracita y un par de sillitas con mesa para echar la partida de antes de acostarse.

Después de descansar como campeones, nuestro siguiente destino, Vang Vieng. Etapa de tan solo 85Km, pero con un sube baja un tanto desesperante, pero precioso y amenizados por numerosas cascadas que se veían a lo lejos. La lluvia también hizo presencia en esta etapa, pero fue amable y soltaba todo mientras disfrutábamos de nuestras paradas técnicas.
Este sitio es eminentemente turístico, sobre todo por el “Tubbing”, donde infinidad de guiris, la mayoría adolescentes, vienen a emborracharse y ver series (padre de familia, friends o los simpsons), tiraos en las butacas de los restaurantes.
A pesar de todo esto, el entorno donde se encuentra este pueblo es precioso, lleno de riachuelos, montañas y multitud de cuevas, todo ello rodeado de el verde espectacular de los arrozales.

Aprovechando el entorno, día de descanso para dar una vuelta con las bicis y adentrarnos por estos parajes tan espectaculares en busca de cuevas.

Cuevas no encontramos, pero algún que otro chapuzón cayó.

Después de esta vueltita, un poco de comida y como ya tocaba hacer el guiri, nos fuimos a hacer el famoso “Tubbing”. No desvelaremos lo que es esto del tubbing, para que futuros visitantes lo experimenten por si solos (una vez en la vida y punto).

No hay comentarios:

Publicar un comentario